Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Material sensible

Catálogos y filatelia

Lo leí hace bastantes años en una entrevista a Rosa Torres. La pintora valenciana decía allí que un catálogo es muy importante para un artista porque es lo que queda cuando se desmonta una exposición.

Siempre he estado totalmente de acuerdo con lo expresado por Rosa Torres y a la vista está. Cuando una serie, una colección o cuando menos una exposición se desgaja (y mal asunto si no lo hace), y salvo una improbable reconstrucción arqueológica futura o bien si en su momento la compró entera, no sé, Richard Pastington III o Emilio el Moro por decir algo, solo se podrá revisar en ese librito, librote o libraco, o también en formato digital, porque nunca más se volverá a ver reunida. De modo que se podría decir que los catálogos, para bien o para mal, tienen una función histórica.

Podremos rememorar, o descubrir, 20 ó 30 ó 40 (y también más) años después de editados, aquella exhibición de un artista, un grupo o un movimiento. Sin contar con la gente educada que sabe valorar y disfrutar las buenas ediciones modernas y antiguas.

Pero ocurre que ahora mismo hay galeristas, hay artistas, que desdeñosamente a los catálogos los llaman «álbumes de cromos», y esto, como dicen los cursis de los llamados estilistas, es tendencia, bien porque sean unos muertos de hambre y las uvas están muy altas, allá arriba, para las cortas patas de una zorra, bien porque sí hay dinero, pero los bolsillos son estrechos y hondos, así que no se limitan a no hacer ediciones sino que quieren justificarse atacándolas.

Y el error es de bulto, ya que aparte de lo expuesto ahí arriba, los álbumes de cromos tienen gran facilidad para viajar a cualquier parte del mundo, siempre claro que a los carteros no se les llame repartidores de pizza, en cambio para la mayoría de los receptores de catálogos digitales estos tienen consideración de spam.

De modo que hay galerías que no editan catálogos, vaya vulgaridad, pero en vez de eso se les puede ocurrir hacer unos carteles que reproduzcan un montón de obras, de uno, o varios, o mil artistas, que casi van a caber, porque como las fotos son tan chiquititas, no es ya que sean cromos, que va, es que son sellos, con lo cual estas galerías hacen una nueva e inesperada aportación a la filatelia.

De no andar yo equivocado, un cartel es un artefacto para verse desde cierta distancia. Por eso mismo se le llama cartel, si no sería una octavilla. Si te has de poner las gafas de cerca (quien las tuviere) para tratar de ver algo (si es que hay algo que ver), mejor saca la lupa. Los filatélicos siempre lo hacen así.

Compartir el artículo

stats