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El feminismo rockero de Caitlin Moran

El feminismo rockero de Caitlin Moran

Procedente del periodismo musical, Caitlin Moran se ha convertido en una de los rostros más reconocibles del feminismo actual y en una de las mujeres más influyentes del Reino Unido, gracias al éxito de dos libros autobiográficos en los que cuenta cómo una adolescente marginal y poco agraciada puede alcanzar la fama y reflexiona con humor sobre cuestiones como la virginidad, la menstruación, la maternidad y el aborto desde una perspectiva feminista tan radical como desenfadada.

Desde el verano pasado, Hollywood y el mundo del pop han dejado de ver al feminismo como una incómoda etiqueta asociada a agresivas mujeres con los sobacos sin depilar, para convertirlo en un término con gancho comercial y mucho glamour. La primera que se apuntó a la moda del denominado «feminismo pop» fue Beyoncé, que sampleó un discurso sobre los derechos de la mujer de la escritora nigeriana Chimamanda Adichie durante la gala de los premios MTV en agosto de 2014, mientras cantaba el tema Flawless, ante un gigantesco panel luminoso con la palabra FEMINIST. Un mes después, la actriz británica Emma Watson dejó de ser la niña de Harry Potter en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para presentar la campaña HeForShe, destinada a promover la igualdad de género y despojar a la palabra feminismo de su mala prensa. Desde entonces se han producido sonoras adhesiones a la causa feminista de estrellas del cine y la música pop. Mientras la cotizada actriz Jennifer Lawrence (Los juegos del hambre) reivindicaba hace unos días la igualdad salarial en Hollywood y Miley Cyrus se define como «una de las mayores feministas del mundo», Taylor Swift rectifica errores pasados y ahora declara: «Antes me parecía que ser feminista era odiar a los hombres. Muchas jóvenes están teniendo un despertar feminista porque ahora entienden lo que significa la palabra».

El paroxismo, ciertamente irónico, de esta moda del «feminismo pop» se produjo en septiembre de 2014, durante la Semana de la Moda de París, cuando Karl Lagerfield culminó uno de los desfiles de Chanel con una manifestación de modelos portando pancartas con consignas feministas tan banales e inofensivas como cínicas: «Las damas primero», «Haz la moda, no la guerra», «Sé tu propia estilista» o incluso la trasnochada «Divorcio para todos». Frente al impostado y artificioso «feminismo pop» de las celebridades, la periodista británica Caitlin Moran ha alcanzado la fama internacional reivindicando un modelo de feminismo mucho más gamberro, salvaje y honesto, a través de sus dos primeros libros: Cómo ser mujer (2013) y Cómo se hace una chica (2015), publicados ambos en España por Anagrama, tras haber sido bestsellers en el mundo anglosajón y haber convertido a su autora en uno de los rostros más populares y mediáticos del feminismo actual.

Nacida en Brighton en 1975, en el seno de una familia numerosa de extracción proletaria, Caitlin Moran se dio a conocer como periodista musical siendo aún adolescente en las páginas del popular semanario de rock Melody Maker. Pese a ser una adolescente poco atractiva y con problemas de obesidad que procedía de la periferia urbana del centro de Inglaterra y de un entorno social marcado por el paro y la pobreza, Moran consiguió abrirse camino en el mundo del periodismo musical para luego consagrarse como columnista satírica en The Times con sus reflexiones feministas y sus cotilleos mundanos. Actualmente está considerada como una de las mujeres más influyentes del Reino Unidos y con más seguidores en las redes sociales. Su fulgurante ascenso al estrellato desde los suburbios de la empobrecida ciudad de Wolverhampton forma parte de Cómo ser una mujer, que es su autobiografía, pero también un divertido tratado de feminismo militante en el que Caitlin Moran aborda desde una perspectiva humorística y provocadora temas como el aborto, el matrimonio, la menstruación, la virginidad, la maternidad o la imagen pública de la mujer, basándose en sus propias experiencias personales. Sin ningún tipo de recato y con un humor desgarrador, paródico y procaz, la periodista diserta sobre cuestiones aparentemente banales como la depilación genital, los implantes mamarios, el sexo oral o sus borracheras con Lady Gaga en las discotecas sadomasoquistas de Berlín, pero no deja de mantener unos planteamientos teóricos muy sólidos y un firme compromiso con la causa feminista.

Heredera de las combativas y heterodoxas teóricas del feminismo Germaine Greer y Camille Paglia, pero también del sonido «Madchester» de la escena pop británica de los noventa, Caitlin Moran propone un feminismo divertido, vociferante y peleón, como sus orígenes rockeros, pero también que sea capaz de romper con las rigidez ideológica de los años sesenta y tenga la capacidad de reírse de sí mismo. El discurso feminista también está presente en Cómo se hace una chica, que no son unas memorias sino una novela, pero con un marcado acento autobiográfico, pues la joven protagonista es una adolescente obesa y poco agraciada, pero con mucho ingenio, descaro y vitalidad, que tiene cuatro hermanos, un padre en paro y una madre deprimida. Johanna Morrigan vive en un barrio obrero de la desindustrializada y deprimente Wolverhampton, mientras lee en la biblioteca pública, se masturba compulsivamente y sueña con hacerse famosa y perder la virginidad con el primero que pase. Pese al desolador panorama de su juventud en la Inglaterra de principios de los noventa, la joven está decidida a emigrar a Londres para triunfar como periodista musical y para ello decide reinventarse y convertirse en el atrevido y rompedor personaje de Dolly Wilde. La novela es la crónica de todos los excesos etílicos y sexuales de la protagonista hasta alcanzar el estrellato, pero también una divertida crónica social y musical sobre la Inglaterra posthatcheriana.

Por su carácter de novela de aprendizaje o Bildungsroman, Cómo se hace una chica parece estar destinada a lectoras jóvenes que han tenido hasta ahora como modelos de conducta a Beyoncé y Miley Cyrus, pero que pueden encontrar en la enloquecida trayectoria biográfica y las desenfadadas reflexiones feministas de Caitlin Moran una guía para construirse como mujeres libres e independientes, que luchen por sus derechos en el siglo XXI sin amargarse ni dejar de tomarse unas cervezas.

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