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Colectiva en cànem

De maneras y costumbres

De maneras y costumbres

De generación en generación vamos trasmitiendo a nuestros hijos costumbres que, en muchos casos, vienen a ser manías domésticas o mimetismos sociales. Desde obligarles a bajar la tapa del inodoro, vociferar «cierra la nevera» por dedicar -a nuestro parecer- excesivo tiempo a escudriñar dentro, hasta conminarles a que se cojan un vaso en lugar de beber directamente de la botella. De igual modo, pervive y persiste entre nuestros convecinos la costumbre de dejar que los orines y las heces del perro vayan señalizando el camino. Afortunadamente se ha conseguido erradicar el hábito medieval de que el contenido de los orinales se arroje por el balcón. Práctica arraigada es que la Universidad sea uno de los grupos más endogámicos, como también lo es quitar a los «otros» para poner a los «míos», independientemente de la valía, dedicación o conocimientos de los primeros. Mimetismo y costumbre es el modo en que durante generaciones los españoles acabamos pensando que mejor contar con un gestor público corrupto que con un imbécil, no fuera a ser que con sus equivocaciones pagáramos más. Todo menos que sea honesto y, además, intelectualmente preparado. Erradicar las malas costumbres, está visto, parece ser tan difícil como adquirir las buenas.

De maneras y costumbres habla la estupenda colectiva que la galería Cànem muestra estos días. Algunos de estos usos se han ido perdiendo con las nuevas generaciones. Pensamos, por ejemplo, en Ajuar, de Isabel Ferrand, una proyección en la que la artista nos sorprende con una tradición que muchas jóvenes ya ni siquiera conocen. Algunas abuelas y madres, sin embargo, recordarán con cierta ternura la ilusión que suponía para las mujeres de la familia reunirse al calor del lar para bordar las sábanas y toallas que algún día la futura casada utilizaría. Después, las medidas de las camas se han ampliado, el hilo cambiado al rizo barato de Ikea y ya nada es lo mismo.

La proyección donde quizá más se aprecia esos modos caseros de transmitir nuestros hábitos es con Maneiras, de la misma artista portuguesa. Resulta curioso a la vez que simpático ver las diferentes formas en que abordamos pelar una naranja, el que procura dejar íntegra la corteza o quien la retira con cuchillo y tenedor; o el simple hecho de empaquetar algún objeto, desde el que lo hace aprisa y sin miramiento hasta el que invierte tanto tiempo que acabamos por perder la paciencia y llevárnoslo sin envolver.

El título de la muestra hace referencia a las diferentes maneras de hacer, pero también de sentir, vivir y trabajar y, por lo general, a comportamientos que se repiten y suceden en el tiempo. La alfarería sería uno de esos casos, el grabado, con lo que tiene de repetición y precisión, el exquisito trabajo con los libros, el cosido de las hojas y su encuadernación, una hermosa profesión cada vez más en declive, y con casi ese mismo concepto, invocando a la diosa de la tejedura Ariadna, la delicada, sutil y elegante pieza de Mar Arza.

Con todo, aún habiendo una evidente relación con el pasado, una de las características más interesantes de esta exposición es su contemporaneidad. En el caso de la obra de María Zárraga, nos encontramos con ese enfrentamiento entre la labor eminentemente femenina de agujas e hilos, coser y bordar de la que nos habla Ferrand y cuyo fruto perdurará a lo largo de muchos inviernos, y los megatalleres impersonales y despersonalizados donde se cosen a marchas forzadas las prendas que acabarán en nuestros armarios durante una única temporada. Sorprende también la obra de Pilar Beltrán. En los últimos años hemos asistido a una histeria colectiva en la que, en un primer momento los botellines de agua eran escaneados junto al resto del equipaje de mano para poco después no permitir al viajero acceder con agua de «fuera». Alternando las imágenes de esas botellas escaneadas, la artista ha ido recopilando artículos de prensa y legislación referente a la entrada y uso del agua, que junto con esos hilos que se cruzan horizontal y verticalmente se genera una cuadricula a modo de gráfico aeroportuario. Una pieza realmente buena.

No dejen de ir a ver la exposición, esta y otras, y que el nuevo año nos depare buenos y mejores hábitos.

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