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Viento del este

El escritor polaco Andrzej Stasiuk prosigue su friso sobre el desmoronamiento moral de los países del Este de Europa. De Turquía a Rumanía, «Taksim» recorre desolados paisajes por donde discurre el tráfico de objetos y la diáspora de personas.

El novelista, poeta y crítico literario polaco, Andrzej Stasiuk es todo un referente de la nueva narrativa europea, no es extraño pues que la editorial Acantilado siga apoyando consecuentemente su trayectoria literaria, y publicando su obra traducida con precisión en gran parte por Alfonso Cazenave. Taksim, el último de sus trabajos publicado sigue la línea de otras de sus obras como De camino a Babadag (Acantilado, 2008) o Cuentos de Galitzia (Acantilado, 2010), de la que recupera incluso algunos personajes. En todas ellas nos muestra el gris y desolado paisaje de una parte de la vieja y dolorida Europa del Este. Con Taksim vuelve a utilizar como recurso el viaje a los confines y fronteras de aldeas perdidas entre Polonia, Hungría, Eslovaquia, Ucrania y Rumanía.

Se inicia Taksim con una frase lapidaria: «En otoño se nota que la ciudad se va a morir», a partir de aquí nos adentramos en la agónica atmósfera de esta historia, con un telón de fondo que nos habla de fracaso y desaliento. El narrador y protagonista nos presenta enseguida la personificación de ese fracaso: Wladek, un vendedor de artilugios de todo tipo al que se une, junto con su vieja y desvencijada furgoneta Ducato, para dedicarse a la venta ambulante de ropa de segunda mano. A lo largo de todo el libro se nos irá desvelando el pasado de este antihéroe; él, la ciudad, el propio narrador y la galería de personajes que nos muestra encuadran el pesimista mosaico que Andrzej Stasiuk nos presenta.

Quien llegue hasta estas páginas disfrutará de un lenguaje sobrio, preciso y poético en muchos momentos, saboreando además de las reflexiones, el pensamiento, la gran capacidad de observación y la filosofía que destila en cada línea de Taksim el autor polaco. En esta lectura no puede desperdiciarse ni una sola frase, cada palabra, cada coma, cada punto tiene su miga. Como ante una obra poética de magnitud, esta novela y otras del autor, es imposible tragársela sin más y deglutirla, hay que masticarla despacio y con atención para saber muy bien qué es todo lo que Stasiuk ha puesto en este magnífico plato.

El libro terminó de escribirlo en 2009 y recrea el ir y venir de sus protagonistas a principio de los años dos mil, con el comienzo de la imparable presencia de la ropa y artilugios procedentes de China, y de lo que es más importante, más allá del tráfico de ropas y utensilios domésticos y mecánicos: el tráfico de personas, la gran desbandada de habitantes y masas empobrecidas o víctimas de guerra de países que se iniciara con Afganistán y que ha culminado con la ingente diáspora de sirios y, junto con ellos, un gran número de norteafricanos. Taksim nos habla de esa desbandada y de la venta de personas, incluso de padres que venden a sus hijos, de sociedades atrasadas que viven en un mundo que parece anclado en épocas de esclavitud. Una de las imágenes más relevantes es el momento en el que el protagonista llega al destino en el que tiene que dejar su descarga, una veintena o más de personas a las que ni siquiera ha visto el rostro. La valiosa carga humana, llega por fin a la puertas de Europa en un pueblo aislado de Rumanía, en medio de la noche y en una granja de cerdos, la oscuridad no les dejará ver bien dónde han llegado, pero sus pies sentirán el lodazal que están pisando. Y ahí comienza de nuevo otro calvario destino al oeste, hacia un sueño o un proyecto de vida que probablemente nunca fueron capaces de imaginar en su fatídica y verdadera dimensión.

Stasiuk habla de ese éxodo tan corriente en nuestro tiempo, pero también del éxodo interior, que sufre una gran parte de la población de los países del Este de Europa. Personajes llenos de soledades y tristeza, abrumados por el silencio de pueblos y ciudades que muchos abandonaron en busca de una vida mejor, en donde los que quedan sobreviven sin ilusión, sin futuro, como espectros de vidas robadas, vidas sin sentido, ni alegría, tras un paisaje gris, húmedo y frío en el que apenas aparece un rayo de sol. Taksim es una intensa y devastadora radiografía de la sociedad postcomunista, una lectura sobre el desaliento, que esconde, a pesar de la dureza de sus páginas y su visión pesimista, un halo de esperanza y salvación, y que culmina con el rescate del antihéroe Wladek y su chica, en pleno corazón de la bulliciosa plaza Taksim en Estambul. Un final con poderosa metáfora sobre la posibilidad de salir adelante entre todos los pesares, aunque sólo sea para lamer del suelo el agua derramada, al igual que el gato al que ha dejado sólo en casa el protagonista al salir con su vieja Ducato a socorrer a su amigo. Basta ese pequeño regalo de subsistencia para seguir adelante haciendo frente al destino.

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