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Lanzarse al libro

Editores, libreros, escritores y poetas, ensayistas, animadores, dibujantes, pintores, músicos, oradores y estrellas consagradas de la pluma, en alegre regocijo un año más, será un espectáculo digno de ver. Hojear es gratis a partir del día 20 en Viveros.

Más de 100.000 personas acudieron el año pasado a la Fira del Llibre de València. levante-emv

Medio siglo de Fira del Llibre valenciana da mucho de sí. Y la edición 51 de esta primavera, del 20 de abril al 1 de mayo, va a tener todo el sabor de la modernidad. La Fira saca pecho y este año ofrece más y mejor. Autores, editores, libreros, maestros, bibliotecarios, ilustradores, agentes culturales, andan atareados ante esta feria alegre y lectora. Cincuenta y un años de Fira, y en los últimos lustros, con una afluencia masiva a los Jardines de Viveros (más de cien mil personas, el año pasado) que contradice la maldición de los bajos índices de lectura. La organiza el Gremi de Llibrers y la Fundació el Llibre i la Lectura, dos entidades herederas de la ilustración valenciana.

El libro: fuente de conocimiento y de felicidad; caudal sensible que hace aceptar la diferencia y quiebra fronteras. Los apocalípticos yerran al intentar jubilar el papel antes de hora; el placer de nuestro tiempo es combinar las fantásticas prestaciones de la tecnología digital con los antiguos soportes. Gutenberg baila con Gates un hermoso vals borgiano. Y la fiesta comienza el día 20 de abril.

Gloria Mañas, presidenta del Gremi de Llibrers tiene la definición perfecta para esta feria: «Un catálogo muy real de lo que podrá uno leer en los próximos meses». Y va a ser mucho, porque este año hay más casetas que se expandirán por toda la explanada. Noventa, exactamente, diez más que el año pasado. Y dentro de las casetas, bajo los tilos del Paseo Machado, un río de autores y autoras, y los ribazos sembrados de librerías y libreros sonrientes. Además de las siempre fascinantes sorpresas de última hora, la escudería de este año no desmerece: Alicia Giménez, Eduardo Mendicutti, Víctor del Árbol, José Martí Gómez, Adolf Beltrán, Francesc Bayarri, Alfons Cervera, Pérez Casado, Marc Granell, Miquel Nadal, Nativel Preciado, Santiago Posteguillo, Manuel Vicent, Juan José Millás...

La lista oficial señala más de ciento cincuenta autores, indígenas y foráneos. La presencia de editoriales, nuevas y clásicas, no se queda atrás; cada año hay más vigor en la industria editorial valenciana y en lengua autóctona. «Este año habrá una feria dentro de la feria» dice Gloria, «porque presentamos proyectos de empresas y fundaciones para la promoción lectora».

En el Centre del Carme se inauguró hace unos días una exposición sobre el medio siglo de la Fira. Con el aumento de la edición indígena, este año será más grande y completa la Carpa de Editores del País Valenciano y de la Asociación de Ilustradores, muy activa en la feria. El cartel de este año es de Nacho Casanova, un artista que reivindica la historieta gráfica con una pintura muy fresca de inmersión en la lectura.

Editores, libreros, escritores y poetas, ensayistas, animadores, dibujantes, pintores, músicos, oradores y estrellas consagradas de la pluma, en alegre regocijo un año más, será un espectáculo digno de ver. Uno se podrá divertir o aburrir con las presentaciones. Pero hojear es gratis.

El material del que se hacen los sueños no anida sólo en el cinematógrafo sino expuesto en los libros. Ejemplares de todos los tamaños y precios, tapa dura, de bolsillo, tebeos y comics, libros de arte. Y el siempre curioso espectáculo de los autores firmando ejemplares. Algunos sueltos, otros con aspecto de fieras enjauladas o de pájaros exóticos.

Las colas de adolescentes para la firma de sus estrellas literarias. Intelectuales con un manuscrito en la cabeza, con el ansia de verse publicados algún día; autores consagrados con la sonrisa triunfal, jóvenes poetas noveles; fatuos ensayistas; agentes literarios y ejecutivos de editorial de caza mayor. La Feria del Libro es también, cómo no, de las vanidades. Pero si uno es tan sólo lector, no hay de qué preocuparse: esta feria está hecha a su medida.

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