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Variaciones sobre un paredón

Variaciones sobre un paredón

La reciente inauguración de una muestra retrospectiva del Equipo Crónica en el Centre Cultural de Bancaixa de Valencia, comisariada por Tomás Llorens -el crítico de arte más próximo a la obra de estos artistas- y su hijo Boye, sugiere muchas lecturas pues, no en balde, las diversas series temáticas realizadas por Solbes y Valdés en el periodo de 1964 a1981 abren un campo de interpretaciones múltiple que, en nuestro caso, hemos reducido a la microhistoria de una serie emblemática en términos políticos, históricos y pictóricos: Variaciones sobre un paredón, 1976.

Antes de crear esta serie, el Equipo Crónica había definido su trayectoria pictórica por la realización de series temáticas como La recuperación,1967-68; Autopsia de un oficio, 1970; Policía y cultura, 1971; La Serie Negra, 1972; Retratos, bodegones y paisajes, 1972-73; A vueltas con la pintura, 1973-74; El cartel,1973 etc.

¿Qué ocurre en 1975 para que Solbes y Valdés se planteen la serie Variaciones sobre un paredón? El régimen franquista, poco antes de la muerte del dictador, decide fusilar a cinco jóvenes antifranquistas: Xosé Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Ángel Otaegui y Juan Paredes Manot, quienes vinculados al FRAP o a ETA habían sido arrestados, torturados y procesados por el Gobierno de Franco. Los fusilamientos tienen lugar en Madrid, Burgos y Barcelona. El mismo régimen que había iniciado su trayectoria fusilando a los republicanos en 1939, finiquitaba sus días fusilando a cinco jóvenes antifranquistas. Esto ocurría, tras el veredicto de un consejo de guerra militar, el 27 de septiembre de 1975, apenas tres meses antes del óbito del dictador el 20 de noviembre de 1975.

Aquellos hechos históricos impactaron sin lugar a dudas en el Equipo Crónica. La serie Variaciones sobre un paredón, 1975-76, comprendía diez cuadros de formato similar, realizados con tintas planas que incluían tres elementos comunes: una paleta de pintor hecha trizas; un calendario de bloque con la fecha 27 y una franja negra en el ángulo superior izquierdo. A partir de ahí, cada cuadro, mostraba un muro y sobre el mismo diversos fragmentos pictóricos extraídos de obras de artistas como De Chirico, Dalí, Delvaux, el mismo Equipo Crónica, Grosz, Gris, Magrittte, Monory, Recalcati y Tàpies. Y en el centro, motivos iconográficos de artistas como Adami, Arturo Ballester, Bacon, Dubuffet, Grosz, Hausmann, Paul Klee, Munch, Miró y Picasso.

Como apuntaría en su momento el historiador del arte Valeriano Bozal, el procedimiento descubría ya una considerable maestría en su autores: No se trata de rehacer, sino de asociar diversos motivos de origen diverso.

La serie se exhibiría primero en la galeria Juana Mordó de Madrid y luego en la muestra España. Vanguardia Artística y Realidad Social presentada en la Bienal de Venecia de 1976. Ahora, varias décadas después, la volvemos a ver en la muestra de Solbes y Valdés en el Centre Cultural de Bancaixa, un ejemplo de las posibilidades creativas de la relación arte y política.

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