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Susi Lizondo, neoplasticismo y mobiliario exclusivo

Susi Lizondo, neoplasticismo y mobiliario exclusivo

Un mítico Espejo Sol años 60 de madera dorada y luna convexa nos recibe a la entrada de un lugar muy particular... Butaca modelo 711 del diseñador noruego Fredrik Kayser, esculturas de cerámica con forma de perro a tamaño natural, un aparador nórdico en madera de sapely también de los años 60, cristales de Murano, divertidos jarrones, una preciosa consola Art Decó años 30 en madera de ébano de Macassar y una lámpara de suspensión francesa años 50 con elegante colorido o una lámpara Barnaba de Angelo Brotto años 70 sobre el aparador, estos son algunos de los objetos llenos de vida que podemos contemplar y adquirir en Studio Vintage, la tienda que conjuga en el casco antiguo mobiliario y diseño vintage con arte contemporáneo.

Dirigida por Sento Serrano, Studio Vintage se ubica en pleno corazón del barrio del Carmen de Valencia, en la calle de la Purísima 8. Es una acogedora boutique de originales muebles y objetos de los años 30 a los 70 de diseñadores reconocidos. Lleva más de catorce años en marcha pero este es el primero de una nueva etapa en la que el director ha decidido dar un giro al local, reformándolo, ampliándolo e incluyendo en su oferta una programación dinámica de exposiciones de artistas contemporáneos cuya obra tenga sentido en el contexto de los objetos que allí vende, sin perder el espíritu original del proyecto. Va a organizar tres muestras al año con su criterio estético en el contexto de un espacio mixto que no pretende hacer sombra a otras galerías de arte o anticuarios si no sumar fuerzas y contribuir, sobre todo, a incentivar el barrio, apoyando iniciativas de dinamización cultural.

En este sentido recientemente inauguraba temporada con una exposición individual de la artista valenciana Susi Lizondo bajo el título Composiciones, que podrá visitarse hasta el 30 de diciembre en el horario habitual de apertura de la tienda. Se trata de una serie de obras abstractas en la que domina la línea recta, la superposición de volúmenes casi de corte arquitectónico y el sugerente intervalo de colores planos.

A la muestra de Lizondo la precede una intervención en el escaparate de Studio Vintage, acristalado a la entrada, con motivo del festival Intramurs [n.e.: festival dirigido por Salvia Ferrer y en el que Domingo Mestre actúa como uno de los coordinadores de proyectos], realizado por el equipo de interiorismo Rubio and Ros y contando con la colaboración de Viabizzuno en cuanto a iluminación, proyecto que ha sido ganador del Primer premio al escaparate de comercio pequeño en el marco del citado festival artístico al término del mismo y que ha atraído un gran número de visitas al local y a la exposición interior.

Lizondo realiza una deconstrucción de composiciones neoplasticistas, planteando estructuras amables con reminiscencias de Mondrian, reconociéndose inspirada por la vanguardia del Constructivismo ruso, la Bauhaus o el Concretismo, a la par que se adapta al lenguaje del collage más actual. Puede entenderse incluso como un ejercicio de arquitectura que recuerda a la casa Rietveld Schröder en Utrecht o al pabellón de Mies en Barcelona.

No hay un objeto dominante en las composiciones de esta exposición, encontramos una depuración de formas hasta llegar a lo más elemental. Las relaciones equilibradas y puras preconizadas por los neoplasticistas y los objetivos fundamentales de la arquitectura moderna parecen trasladarse al papel con un punto alegre en el que las figuras recortadas, generalmente sobre un fondo blanco a excepción de una en negro, se sostienen por un tiempo indefinido.

La artista, que estudió Bellas Artes en la Politécnica de Valencia, combina la práctica artística con la docencia en pintura. Ha expuesto antes en otros centros y galerías de arte, en nuestra ciudad como Thema, Alba Cabrera, Benlliure y Cuatro. Según declara Serrano, el motivo de escoger su trabajo para mostrarlo ahora en Studio Vintage es que convive a la perfección con el mobiliario allí presente, como piezas de disfrute atemporal, completando la experiencia del visitante curioso y la del coleccionista. No estamos ante una galería al uso sino en un espacio peculiar de apuestas arriesgadas y bellezas rescatadas del olvido, una admirable misión adaptada a los tiempos que corren y sin perder su caracter comercial.

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