La silueta rectilínea de una casa, escaleras que se dirigen a ninguna parte, el tronco de un árbol da rienda suelta a la imaginación del espectador y parece que la única rama que emerge del mismo pudiera ser una nube de humo, ¿así que estamos ante un árbol o una chimenea? Quién sabe, tan solo se trata del fragmento de un cuadro que se vislumbra infinito. Flores que no son flores, que carecen de pétalos reales, figuración dentro de un paisaje extraño y ecléctico de abstracciones, serpentean por los lienzos del artista abanicos de luz, perfiles y extremidades humanas, estructuras romboides suspendidas en el vacío aparente, geometrías imposibles dan vida al universo de universos de Horacio Silva (Valencia, 1950).
En la pintura de Horacio Silva cabe destacar, entre otras características, su diversidad sin perder el sello identificativo de un estilo más que reconocible, coqueteando con lo oriental, atrapando al espectador en una multitud de imágenes fragmentadas que pasean por sus obras. Hasta el 28 de enero de 2017 puede visitarse la exposición de Silva titulada Aula Naturaleza en la galería Shiras de Valencia, dirigida por Sara Joudi y situada en la calle Vilaragut frente al céntrico hotel Astoria Palace. En ella encontraremos piezas que dan cuerpo a lo anteriormente descrito, que impactan y entusiasman, dejando atrás un periodo quizás más oscuro que se viera reflejado en su anterior exposición individual en el Centro del Carmen durante 2015, retomando ahora el gusto por los colores vivos que alegran la sala y el ambiente de iluminación cálida.
Cada pieza expuesta contiene un microuniverso con planetas, asteroides, ojos, lagos, charcos de color, fauna y vegetación imaginaria que se traslada directamente desde la mente del artista al espacio expositivo por medio de diferentes formatos. Los elementos formales se instalan en el cuadro con una autonomía que articula ciertas tensiones dinámicas. El artista desarrolla muchos temas en un mismo cuadro, como si se moviera a lo largo de un laberinto lleno de transiciones cromáticas. Se trata de un tipo de abstracción que paradójicamente integra elementos figurativos desmembrados o descontextualizados, algunos representan movimiento y otros son más estáticos.
El contraste entre lo matérico orgánico y lo geométrico minimalista es notable. El motivo, o la raíz del asunto, es que Silva comenzó, según nos explica, pintando plantas que de tanto observarlas se convertían en elementos abstractos en su mente: «La naturaleza da un toque de esperanza -señala-, en estas obras diseño mis propios objetos naturales, geometrías que son estructuras en las que se sostienen esos pequeños objetos; parece que haya pintado sobre flores pero son retazos de látex integrados en mis cuadros, es una especie de homenaje a la naturaleza, poniéndola de relevancia y remarcando su belleza con auténtico optimismo, o sea, la mía es una mirada optimista».
La búsqueda o explicitación de lo bello no presupone un juicio sensible determinante, ni un juicio lógico, sino un juicio de reflexión. Aula Naturaleza es una exposición cuya distribución no tiene un orden de lectura, ni orden cromático ni cronológico, más bien busca contrastes pero desde fomentar el deleite por la belleza sin dejar de pensar, de procesar imágenes, digerirlas, sintetizarlas, procurando no saturar la mirada del espectador. Silva tiene su propio lenguaje y el subconsciente lo lleva a repetir elementos pero nunca en la misma disposición. Hasta el momento había trabajado mucho con grises y en la actual muestra se aprecia una evolución del color que armoniza los sentidos.
Recorrer la exposición de Silva requiere una tranquila contemplación, es un acto reposado en el que los visitantes de la galería perciben cuáles son sus elementos constitutivos para percatarse de que el artista reivindica la importancia de la naturaleza y la necesidad de su protección mediante diferentes formas y colores que maneja con maestría. No es baladí que Horacio Silva sea catedrático en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia y haya dedicado largo tiempo y esfuerzo a la docencia durante su trayectoria artística, pasando por diferentes etapas de entre las cuales podríamos decir que nos hallamos ante una de las más interesantes.
