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Crónica de unas monumentales esculturas

Crónica de unas monumentales esculturas

La pasada inauguración de media docena de grandes esculturas de mujer, de diversos materiales -hierro, mármol aluminio, etc.- de Manuel Valdés (Valencia, 1942) en uno de los lagos artificiales de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia nos mueve a hacer una reflexión sobre la obra escultórica de este artista.

El periplo de esta muestra itinerante arrancó, en el verano de 2016, en la Place Vendôme de París, desde donde ha llegado al espacio arquitectónico de Calatrava en Valencia y luego viajará a Singapur.

Sobre la base común de la cabeza de una mujer, Valdés arropa cada escultura con elementos diversos que nos remiten a una gigantesca pamela, unas mariposas al vuelo o los aretes de una mujer.

Valdés está particularmente satisfecho de que estas enormes esculturas se exhiban junto a la arquitectura monumental de Santiago Calatrava, arquitecto a quien expresa su admiración, mientras la luz del sol al atardecer ilumina sus obras instaladas, por vez primera, sobre una lámina de agua.

La exhibición de las piezas La pamela, La mariposa, La diadema, Los aretes, La doble imagen y Mariposas, de Manuel Valdés, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, se inscribe, en cierto modo, en la practica artística de mostrar esculturas de arte contemporáneo en las grandes ciudades. Un precedente a este tipo de iniciativas fue el que llevó a cabo Eusebio Sempere promoviendo el Museo de Arte Público de Madrid en 1979 con esculturas, entre otros, de Andreu Alfaro, Eduardo Chillida, Julio González, Joan Miró, Alberto Sánchez, Pablo Palazuelo, etc. que se exhiben bajo un puente, en el Paseo de la Castellana de la capital española. Desde entonces, la presencia escultórica al aire libre suele ocupar las urbes de Nueva York, Berlín, París, Madrid... y ahora Valencia.

Hemos pasado de la escultura permanente al aire libre, como el Homenaje a los abogados de Atocha de Genovés en el metro Antón Martín de Madrid (2003) a las esculturas al aire libre de Valdés (2017) en Valencia, con la perspectiva que, una de esas esculturas, por votación popular, será adquirirá por la Fundación Hortensia Herrero para ubicarla en la capital valenciana, en la antigua dársena del Puerto.

De esta manera, Valdés, tendría tres esculturas públicas en esta ciudad: una Menina en la calle San Vicente (2002); la Dama Ibérica en la Pista de Ademuz (2007) y una de las cabezas de mujer que se exhiben actualmente en la Ciudad de las Artes y las Ciencias (2017).

Sobre Valdés escultor habría que señalar que lleva más de tres décadas haciendo obra escultórica. Las piensa en Nueva York y las realiza en Madrid.

Acerca de las características estéticas de estas cabezas de mujer, inspiradas según Javier Molins -comisario de la exposición- en la obra del pintor francés Henri Matisse, el autor sigue, en cierto modo, las mismas pautas en las que se inspiraba la creación plástica del Equipo Crónica: interpretar algunas obras de arte del siglo xx. Antaño era Velázquez hogaño Matisse. Pero estas cabezas de mujer son algo más que una evocación de una imagen plástica de Matisse, pues se complementan con pamelas, mariposas o alusiones a Alfaro.

¿Homenajes o manipulaciones? Quizás, simplemente, interpretaciones heterogéneas de los grandes artistas del siglo XX.

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