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La edad de plata

La edad de plata

Clinton ganaba las elecciones en Estados Unidos y Levante-EMV apostaba por un suplemento cultural que reflejara con amplitud la actividad artística, musical y literaria local. El Club Diario Levante y su director de entonces Juan Lagardera venían ya ejerciendo esa labor, por eso estuvo muy vinculado a Posdata, el suplemento que dirigió durante años Joan Álvarez, actual Director de la Academia de Cine y en aquellos tiempos ex director de la Filmoteca Valenciana. ¡La vida es una inmensa novela circular!

Quien esto suscribe acababa de regresar de una estancia en la América profunda, concretamente, en Bloomington, en el estado de Indiana. Corría el año 1992, y colaboraba en la coordinación del Master de Periodismo que el periódico lanzaba en colaboración con la Universitat de València. El director del periódico entonces era Ferran Belda, quien en alguna ocasión anteponía la información diaria para recortar las páginas de un producto que, probablemente, no consideraba muy periodístico y que fue fuente de algún que otro conflicto entre los agentes culturales de la ciudad de Valencia. Por otra parte, Jesús Prado, el Director General, y su mujer, Consuelo Rodero, muy amantes de la cultura, apoyaron siempre el proyecto Posdata. Con esos mimbres, el suplemento inició su andadura el 13 de noviembre de 1992.

Año I, número 1, la flamante primera página que marcaba el inicio del «buque insignia Posdata» abría con una extensa reseña del Epistolario del exilio que recogía algunas de las cartas cruzadas entre el autor de La Gallina Ciega, Max Aub, con Juan Gil Albert y Maria Beneyto. El texto era el producto del legado y la biblioteca del escritor que adquirió en 1988 el Ayuntamiento de Segorbe. La excelente catalogación del material dio como fruto un texto revelador. Aub era un escritor de indudable proyección internacional. En parte ese fue siempre el espíritu de Posdata, una mirada amplia sobre lo local, lo nacional y lo internacional. Un proyecto ambicioso pilotado y ejecutado por una red de colaboradores interesados por la cultura, el pensamiento y la reflexión, por todo aquello que aporta civismo y distinción a un país. Un suplemento cultural que reflejara el pulso de todo aquello que nos ayuda a descubrir, disfrutar y entender la vida.

Todos sabemos que la memoria es sesgada y reflejar fidedignamente la andadura de un suplemento que nació hace 25 años acarrea seguramente lagunas imperdonables. En cualquier caso, dos volúmenes encuadernados de los primeros diez años que atesoramos y guardamos con mimo, nos han dado la oportunidad de volver a ese pasado. Era 1992 y en la Comunidad Valenciana gobernaba el PSOE, pasada la vasta presencia Popular, volvemos a estar gobernados por el PSOE en alianza con Compromís y Podem. Un gobierno que refleja la diversidad que nos caracteriza. Posdata renació con singladura nueva, casi, casi al mismo tiempo que se estrenaba el gobierno surgido del pacto del Botánico.

En lo que respecta exclusivamente al ámbito literario siempre se intentó ofrecer una visión que fuera más allá de estrictamente la producción local. Rafa Ventura Melià nos arrolló con todos sus conocimientos sobre autores del Este, comenzaba entonces una época de auténtico despliegue para publicar todo aquello que el telón de acero había ocultado tras sus frías paredes. Y su primera colaboración en el suplemento comenzó con la reseña de Trenes rigurosamente vigilados del checo Bohumil Hrabal. Se entrevistó al ya desaparecido Vázquez Montalbán que ese año publicó La autobiografía del General Franco, un texto en el que entremezclaba realidad y ficción. Se dio cuenta del atentado que sufrió el Nobel, Naguib Mahfuz, nadie presagiaba entonces que un atentado como aquel fuera una pequeña muestra de la sorprendente escalada que ha tenido el terrorismo islámico. Se vaticinó el Nobel que se concedió a la escritora afroamericana Tony Morrison, acudimos a la presentación en Madrid del polémico libro de Peter Handke, Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Moravia y Drina, o justicia para Serbia, en el que ofrecía un punto de vista singular sobre la guerra de los Balcanes. Posdata presentó exhaustivamente las novedades literarias de autores extranjeros, nacionales y locales. Se entrevistó y reseño la obra de Rafael Chirbes, se hizo también seguimiento de las publicaciones de Vicente Muñoz Puelles, Josep Franco, Ferran Torrent, Josep Ballester, Enric Valor, Joan Francesc Mira, Alfons Cervera, Eduardo Alonso, Josep Palomero, Josep Piera o la publicación de la primera novela de Martí Domínguez, Les confidències del comte de Buffon. Entrevistamos y reseñamos la obra literaria de Pilar Pedraza (que también fue consellera de Cultura); otro detalle que nos muestra ese círculo en el que vivimos envueltos. En la actualidad otra escritora ocupa el cargo de Directora General de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, que se iniciaba como escritora cuando ganó el II Premio Ateneo Joven de Sevilla en 1997, por su novela Para que nada se pierda. Posdata presenció también el nacimiento literario de Susana Fortes que arrancó con Querido Corto Maltés galardonada en 1994 con el premio que concedía la Escuela de Letras de Madrid en colaboración con la editorial Tusquets. El Sant Jordi que recibió Ferran Torrent con Gràcies per la propina y el Premio Cervantes recibido por Miguel Delibes en 1993, fueron también motivo de reseñas. Entrevistamos a Carme Riera, Edgar Morin, Daniel Pennac, Rosa Montero, Javier Marías, Robert Saladrigas, o Ana María Matute y todo aquel escritor o pensador que pasaba por Valencia y el Club Diario Levante.

En el suplemento Posdata tampoco descuidamos la poesía y en sus páginas se reflejaron las publicaciones de Francisco Brines, Carlos Marzal, César Simón, Jaime Siles, Vicente Gallego, Marc Granell, Vicente Gaos, Jenaro Talens... Las editoriales valencianas Bromera, Tàndem, 3 i 4, Pre-Textos estuvieron muy presentes y colaboraron minuciosamente con el buque Posdata. De igual forma que lo hizo siempre Alba Editorial. Muy presente en toda la trayectoria del suplemento, al igual que la mayoría de editoriales españolas. Estudiantes del máster de periodismo pasaron a ser colaboradores de Posdata y de Levante-EMV: Joan Carles Martí, Lucas Soler, Alfons Garcia o Arantxa Bea que fue posteriormente coordinadora del suplemento a la que le siguió María Tomás. Si nombráramos la inmensa plantilla de colaboradores, periodistas, escritores, profesores de universidad, no daríamos fin a esta deficiente enumeración que hemos intentado hacer de los aconteceres culturales ocurridos desde que Posdata comenzó a andar hace ahora veinticinco años. Llegar a las bodas de Plata ha sido una labor de un gran número de personas y estamentos, entre ellos instituciones culturales y librerías.

Cerrando este breve repaso de lo que fueron los primeros diez años de Posdata, me quedo con la entrevista que Arantxa Bea le hizo a Vicent Ventura, en la que el periodista y escritor comentaba que «la normalidad es muy difícil en un país tan anormal como el nuestro», y señalaba que a su entender había dos fallos democráticos en la Constitución, que casi nunca se mencionaban en las revisiones de la transición democrática: el derecho a la autodeterminación y el hecho de que no se consultara si se deseaba una monarquía o una república. El intelectual valenciano abogaba por la independencia necesaria para que la realidad social y cultural pueda manifestarse. «Es peligroso que la situación política no se adapte a la realidad social», decía. Si Vicent Ventura levantara la cabeza se quedaría anonadado ante los últimos acontecimientos. Cataluña clamando por su independencia y el Gobierno de Rajoy clamando por semejante «burla» al Estado español. Definitivamente, la normalidad es muy difícil en un país tan anormal como el nuestro. ¿Es o no circular la gran novela de la vida?

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