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Jim Morrison: propio y extraño

La biografía de Jim Morrison «De aquí nadie sale vivo», escrita por Danny Sugerman, represante artístico de The Doors, y Jerry Hopkins, escritor y periodista, acaba de ser reeditada y ampliada, constatando el componente mítico que adorna la leyenda.

Jim Morrison: propio y extraño

Esa tendencia al abismo y al misterio, la adhesión al club de los malditos del célebre cantante, que según sus biógrafos se refrenda en hechos como la fatal consumación de su muerte, el destino trágico de los héroes. Palpable queda en este libro el atractivo carácter del músico norteamericano de dar siempre un paso hacia adelante en la cuerda floja, de sondear el más allá. Ya aparece esa aura visionaria en su infancia, en lo que él llama «el momento más importante de mi vida», al contemplar un camión volcado repleto de indios, un impacto de los que repican para siempre en la memoria, como la relación entre el bien y el mal que le acompañó durante muchos años. Todo un encanto personal desbordante que ya se muestra en sus primeras inquietudes culturales adolescentes entre la excentricidad y la locuacidad. Todo ello repercute en algo muy presente en el libro, la personalidad única de Morrison y la atracción por lo perdido. La revelación de la inteligencia entre lecturas de la generación Beat, Balzac, Cocteau, Molière, las incursiones poéticas con Rimbaud o Baudelaire que forjaron los primeros diarios y poesías de un joven al que le gustaba hablar con los pescadores negros en sus paseos por el muelle. Llegará entonces la curiosidad insaciable por otras artes que nunca abandonaría como el teatro, el cine o la pintura. Entonces, un encuentro en la playa con Raymond Manzarek fue el germen originario de The Doors. En los clubs de USA se fue forjando el Morrison de los pantalones de cuero ceñidos, tan agresivo como tierno, la provocación más arrogante en medio de la psicodelia de las drogas, hasta convertirse en estrella de rock, el extraño que mataba el aburrimiento colgándose de la cornisa de un hotel, el autor de frases sentenciosas: «Nos escondemos detrás de la música para descubrirnos a nosotros mismos».

En De aquí nadie sale vivo un jugoso repertorio de historias y anécdotas asientan la estirpe indomable de su protagonista: desde el icono que quería al mundo a pecho descubierto al más reposado hombre de barba, pasando por la polvareda de los juzgados, al bebedor incorregible y sus relaciones vehementes y, en ocasiones tormentosas, con las mujeres. Sugerman y Hopkins muestran el esplendor y la caída de Morrison hasta desembocar en París, parnaso creativo y refugio vital, hasta la muerte del vocalista, repleta de secretismo y especulaciones, llegando a dejar abierta la posibilidad de que el Rey Lagarto siguiera vivo en la primera edición del libro de 1980.

La tumba de Père-Lachaise, objeto de masivas peregrinaciones expresa aquello que Jim Morrison dijo como nadie: «This is the end». Una biografía a la altura del creador de la literatura rock y la canción en movimiento. La legitimidad de arder.

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