La decisión de la Generalitat Valenciana de cerrar RTVV no puede pasar sin que se asuman responsabilidades políticas de envergadura y mucho calado. No sirve cargarle sólo el mochuelo a su última directora general, Rosa Vidal, usada en este caso como chivo expiatorio en sentido literal e históricojudio. No. Hay otros culpables que no pueden pasar por todo esto de puntillas. Desde a quienes se les puso en manos abordar el ERE, que según los tribunales ha sido una chapuza, hasta los exdirectores generales que han pasado por el ente en los últimos cuatro lustros, todas sus cúpulas directivas y los muchos cargos políticos que han tolerado el hundimiento del ente autonómico e incluso lo han propiciado.

No sirve como excusa el argumento utilizado por el portavoz del PP en las Corts, Jorge Bellver, o el mismo President de la Generalitat, Alberto Fabra, de que o se cerraba RTVV o nos desprendíamos de algún hospital o colegio. Eso es pura demagogia a estas alturas de una película en la que hemos visto como unos se los quedaban y otros se los gastaban a cuenta del contribuyente sin que pasara absolutamente nada ni se rindieran apenas cuentas. ¿O es que olvidamos que durante las últimas legislaturas fue cuando el organismo triplicó su plantilla y se llevó al ente a una deuda de más de mil millones? ¿No es Canal 9/Nou reflejo de una forma de gestionar que ha conducido a EREs en múltiples organismos públicos valencianos e incluso ha llevado al cierre a espacios como Ciudad de la Luz o a la privatización de parte de la Ciudad de las Artes y las Ciencias con un Ágora caprichosa aún por concluir? Esa forma de gestionar tiene nombres y apellidos.

Utilizada RTVV por el poder como órgano propagandístico me pregunto dónde cantarán en el futuro sus excelencias. Igual, ahora, muchos comenzarán a darse cuenta de que llevaban años y años siendo estafados económica e intelectualmente. Sólo hay que ver estos días Nou para convencerse .