La actriz Juana Acosta es Yoyes, la histórica dirigente de ETA asesinada por sus compañeros tras distanciarse de la organización, en Santuario, una tvmovie que se estrenará mañana en Canal+ y que ofrece, por primera vez, una versión francesa de lo ocurrido en aquellos años de violencia.

«Yo soy la Yoyes mujer, no la juzgo como activista porque no me podría meter en su cabeza», dice la colombiana, días antes del estreno de Santuario.

Santuario, del realizador belga Olivier Masset-Depasse, es una coproducción entre Francia, España y Bélgica y está ambientada en 1984, en uno de los momentos más críticos para la violencia terrorista, ya que, a los atentados, asesinatos y secuestros de ETA se sumó el GAL, que actuaba sobre todo en el sur de Francia.

El título de la película hace referencia al refugio que durante años constituyó la Francia de Francois Miterrand para la banda terrorista.

Acosta llegó al reparto, curiosamente, seleccionada por la parte francesa de la producción que la eligió por su «energía», afirma esta «hormiguita» que pierde varios kilos en la preparación de cada personaje, tal es la intensidad con la que se aplica. «Soy así», sonríe.

«En Santuario estuvimos seis meses ensayando a diario por Skype, y una vez por semana, nos reuníamos y trabajamos cinco o seis horas; el director nos mandaba muchos deberes „recuerda„, yo me vi todos los documentales sobre Yoyes y me leí todo lo que pude».

Y después se fue al País Vasco a empaparse de verde, «a conocerlo y a enamorarme de todo lo vasco. Hasta visité la tumba de Yoyes», comenta, afectada.

Pero lo mejor fue que su pareja, Ernesto Alterio, encarnó hace años al marido de Yoyes en la primera película de Helena Taberna, que se llamaba así, Yoyes (2000), y Acosta pudo «exprimirle» a gusto.

Sin embargo, confiesa que lo que más le ayudó a entender «qué le movió a ella a tomar sus decisiones, por qué se salió de la organización y por qué se fue a México, donde estuvo seis años, estudió Filosofía, tuvo un hijo y trabajó para la ONU», fue su diario, Desde mi ventana.

«Ella se exilió, pero llevaba más de diez años sin ver a sus padres. Quería volver, educar allí a su hijo. Y enseguida la mataron», apunta.

«Me dan escalofríos cuando recuerdo a una de sus amigas en uno de los documentales que vi argumentando que ETA confundió 'evolución' con 'traición', y creo que eso fue», resume la colombiana.

María Dolores Catarain, «Yoyes», fue la única mujer que llegó a jefe en la estructura de ETA; compartía la dirección con Txomin antes de retirarse y exiliarse tras un atentado que ocasionó víctimas civiles.

Su regreso a España cuando la banda era acosada por los GAL y Francia ya no les ofrecía refugio fue interpretado como una traición por ETA y Yoyes fue asesinada por sus antiguos compañeros.

La actriz cree que a pesar de los años transcurridos, «este es un tema muy delicado, hay víctimas. Yo soy actriz y me he volcado en alma y corazón para entenderla, ese es mi trabajo, pero yo no juzgo. Yo soy colombiana y allí también tenemos lo nuestro», asegura.

Miguel Salvat, director de Canal+, aclara que Santuario está inspirada en hechos reales, pero es «una versión muy libre; hay personajes y situaciones reales y otros que no lo son, pero han sido diseñados para contar la historia con eficacia».

«Han pasado 30 años „añade Salvat„ y esto ha permitido a los productores de Canal+ Francia presentar su visión de un momento en el que coinciden la intención de Francia de dejar de ser un 'santuario' y las contradicciones internas de la cúpula de ETA».

A Juana Acosta acompañan en el reparto Álex Brendemühl, en el papel del dirigente etarra Txomin; Jeremie Reiner, como Gregoire Fortin, consejero del ministro de Justicia francés Robert Badinter, y Rubén Ochandiano, el violento joven Mutiko, la «sombra» de Txomin.