La reciente muerte de Uggie, el perro de la película The Artist (2011), ha puesto rostro a los numerosos animales que dedican sus vidas al mundo del séptimo arte, el mismo que durante décadas los utilizó sin preocuparse demasiado por su bienestar. La célebre mascota falleció el 7 de agosto en Los Ángeles. En su legado, desde The Artist hasta campañas publicitarias para Nintendo. Incluso plantó su huella sobre el cemento fresco del teatro chino de Hollywood. Las atenciones recibidas por Uggie fueron excepcionales, pero no hace tanto que la industria del cine contemplaba a sus animales actores como instrumentos desechables.

«Si había que rodar una película y los caballos al galope tenían que caerse, ponían un cable para que se fueran al suelo. Los caballos se rompían las patas, el cuello... pero era solo ganado», dijo la entrenadora de perros Teresa Ann Miller. Los tiempos han cambiado y, cuando Steven Spielberg rodó Caballo de batalla (War Horse, 2011), había peluqueros, maquilladores, mozos de cuadra y un veterinario en el set para atender los cuadrúpedos. Pero HBO fue acusada de maltrato a los caballos de la serie Luck, que terminó por ser cancelada por el canal de cable tras la muerte de tres equinos.The Hollywood Reporter destapó correos electrónicos en los que otra empleada de AHA comentaba a un colega que el tigre que aparece en La vida de Pi estuvo a punto de morir ahogado.

American Humane Association (AHA), la entidad que otorga el certificado de que «ningún animal sufrió daños», cada año supervisa más de 2.000 producciones de Hollywood, un 70 % del total. La organización de derechos de los animales PETA es crítica con AHA por velar solo por lo que ocurre en el rodaje, no en el entrenamiento.

El difunto Uggie, el mismo año que protagonizó The Artist, estrenó Agua para elefantes, cinta sobre la que Animal Defenders International pidió un boicot por el supuesto uso de descargas eléctricas a los paquidermos. FOX negó los abusos que, en todo caso, correspondían a unos castigos recibidos por los elefantes en 2005, antes de que se gestara la película.

Las nuevas tecnologías, como las que permitieron crear por ordenador a los simios de El origen del planeta de los simios, se ven actualmente como una salida para garantizar el fin de los sufrimientos de los animales en los rodajes.