La Sexta acaba de cumplir diez años desde que comenzó su andadura. En solitario los primeros seis y junto a Antena 3 desde 2012, una fusión que, según asegura el director general de Atresmedia Televisión, Javier Bardají, se llevó a cabo en tiempo récord y «sin que el grande se comiera el pequeño». Bardají hace balance del aniversario que ahora celebra la cadena y que, a su juicio, se ha convertido en referente de actualidad porque los espectadores la sienten como una cadena «defensora» de sus intereses, que está al pie de la calle y que cuenta con todos los puntos de vista. Para el directivo, después del apagón de canales de TDT del año pasado y la llegada de nuevos operadores, el sector televisivo entra en una «fase de estabilidad», que augura «muy beneficiosa» para el negocio.

¿Qué balance hace de los diez años de La Sexta?

La Sexta cumple 10 años en su mejor momento. Es una televisión comprometida e innovadora, ha cerrado 2015 con el mejor dato de su historia, un 7,4 %, y cuenta con un excelente perfil comercial. Todo ello la ha convertido en una televisión muy rentable. Ha sido un ejercicio de complicidad y mestizaje de equipos y de ideas muy enriquecedor.

¿Cómo conviven ambas cadenas tan distintas y con dos líneas editoriales diferentes?

Hemos hecho de la diferencia un valor, no un problema y lo hemos convertido en un rasgo distintivo de nuestro grupo: el respeto a la diversidad. Somos un grupo plural y diverso porque la audiencia es plural y diversa. Sin duda, Atresmedia es el grupo que mejor refleja la realidad de la sociedad española en este sentido. Pero aunque Antena 3 y La Sexta son diferentes, tienen en común valores televisivos como la calidad, el respeto por el espectador, hacer una televisión con límites y comercial. Ambas comparten también una marca coherente con su público.

Desde su fusión en 2012, ¿cómo han logrado integrar La Sexta?

El trabajo de la fusión fue encajar La Sexta en nuestro modelo, respetando las bases que habían fijado los fundadores, con José Miguel Contreras al frente como principal ideólogo, y destruir el mito sobre la gestión problemática de una fusión: la hicimos en tiempo récord y sin que el grande se comiera al pequeño. Un mismo equipo de televisión ha sido capaz de conformar una oferta diferente, pero complementaria. Me siento muy orgulloso del talento y acierto de todos los profesionales que lo han hecho posible.

En Atresmedia se plantearon hacer una televisión «con límites». ¿Radica ahí su éxito?

Cuando nos lo planteamos, la calidad parecía un terreno exclusivo de las públicas, se pensaba que no se podía hacer una televisión comercial y con buena reputación a la vez. Parecía una locura intentar que una generalista lograra aunar audiencia con límites a la hora de conseguirla, así como éxito y reconocimiento. Pero Atresmedia Televisión ha demostrado que era posible: hemos consolidado un modelo de éxito, sostenible, rentable y líder del sector, que integra las necesidades comerciales con el reconocimiento de la sociedad.

¿Qué va a encontrar nuevo el público esta temporada en La Sexta? ¿Ficción en el «prime time»?

En las próximas semanas vamos a estrenar Pekín Express, tendremos nuevas temporadas de Pesadilla en la cocina, El jefe infiltrado, El club de la comedia, Policías..., y abordaremos la ficción con Merlí, una serie basada en la figura de un profesor de filosofía. Además se mantienen programas que siguen batiendo récords de seguimiento: El Intermedio, Salvados, El Objetivo de Ana Pastor, Jugones y Equipo de Investigación, así como todos los espacios de información que produce La Sexta Noticias.

La Sexta se ha posicionado entre el público como referente de actualidad ¿Qué les diferencia de sus competidores?

Seguro que hay muchos factores pero, si tuviera que elegir solo uno, sería el compromiso. Los espectadores buscan La Sexta para informarse por su capacidad para empatizar con ellos: nos sienten como una cadena defensora de sus intereses como ciudadanos, al pie de la calle y que cuenta con todos los puntos de vista.

¿Qué radiografía hace del panorama televisivo actual?

Todo apunta a que, tras el apagón de canales de TDT y la llegada de nuevos operadores, entramos en una fase de estabilidad, que sumada a la recuperación económica, será beneficiosa para el negocio. Además, se produce la constatación de dos grandes modelos de hacer y entender la televisión, antagónicos pero complementarios.