Como un batido de Jurassic Park y Blade Runner, ha empezado esta semana en EE UU Westworld, la última serie de HBO. Muchos ya han salido proclamándola como la sucesora de Juego de Tronos, como muchos en su día se lanzaron a buscar y proclamar a la sucesora de Lost. Parece prematuro sacar conclusiones de ese tipo, porque sólo se ha emitido un episodio y hay muchas series que se deshincharon tras un piloto espectacular o en su segunda temporada. Lo que se ha visto en el primer episodio hace indicar que la serie tiene potencial y anima a volver a ver cómo continúa la historia. Su creador, Jonathan Nolan, dice que ya tienen planificada hasta la quinta temporada. De hecho, ésta parece ser la causa de los retrasos con los que Westworld se ha estrenado, ya que su rodaje se interrumpió el año pasado, según explica ahora Nolan, para encauzar los argumentos por los que debía discurrir la trama. Si la cosa funciona, tenemos cuerda para rato. HBO lleva una mala racha al acumular varios proyectos de series fallidos y parece que ésta es la historia que necesitaba para marcar territorio frente a Netflix. Sobre todo, después del espaldarazo que tuvo HBO en la noche de los Emmy, acaparando estatuillas. Pero antes de lanzarse a proclamarla como la sucesora de Juego de Tronos, cabe recordar que a la serie de fantasía épica todavía le quedan dos años para acabar y que, cuando ese momento llegue, Westworld ya irá por su tercera temporada. Si es la serie que promete ser, para entonces, muchos ya estarán buscando a la sucesora de Westworld, a la que también le quedarán dos años para acabar.

Un parque temático, tres escenarios

La serie es una adaptación de la película dirigida por el novelista Michael Crichton. El creador de best-sellers escritos para ser adaptados a la gran pantalla (como Parque Jurásico, Acoso, La amenaza de Andrómeda o Esfera) hizo sus pinitos detrás de las cámaras y ésta era su primer película en 1973. Almas de metal fue su título en España y no estaba basada en ninguna novela, sino que se trataba de una historia original. En ella, se trasladaba a un parque temático que estaba dividido en tres áreas: el Salvaje Oeste, la Edad Media y la antigua Roma. Estos mundos eran recreados por robots y los visitantes interactuaban con ellos, de manera que parecían estar viviendo realmente en esas civilizaciones. Hasta que un día a las máquinas se ponen a matar a los turistas. Yul Brynner encarnaba a un pistolero que perseguía a los protagonistas, un grupo de aterrorizados visitantes.

La serie parte de la idea que planteaba la película para crear un nuevo universo de ficción. En el primer episodio sólo se ha visto el Oeste y por el momento se desconoce si estarán también las otras zonas del parque. Westworld parece inscribirse dentro de ese género de la ciencia ficción que se ha bautizado como concernismo y en el que, como en Black Mirror, alerta de los riesgos de la tecnología. Los robots son utilizados para la diversión de los turistas. Toda su rutina se repite una y otra vez, ya que su programación les obliga a representar los mismos papeles y tener las mismas conversaciones. Se trata de un Día de la Marmota que se debe repetir sin fin, en el que las variaciones dependen de los visitantes. Los turistas llegan allí a divertirse y no necesariamente se conforman con jugar a ser el nuevo sheriff. El visitante a veces también se lo pasa en grande poniéndose en el papel de forajido y da rienda suelta a sus más oscuros instintos. En el arranque de la serie, los responsables del parque detectan un fallo en la programación de los androides que les obliga a ir reemplazándolos. El origen de la avería parece estar en una actualización de su software que buscaba a hacerles más humanos para incrementar la sensación de realidad. De hecho, el incauto primerizo no sabe a ciencia cierta quién es humano y quién máquina. A medida que avanza la trama, el problema parece que es mucho más grave, porque todo apunta a que no se trata de un error. Los robots están empezando a tomar conciencia de sí mismos y, sobre todo, recuerdan. Recuerdan las humillaciones que sufren, a pesar de que con cada visita toda su memoria se borraba y su volvía a empezar. Recuerdan las violaciones, porque los robots también se pueden usar como muñecas sexuales, o cómo los hombres a los que debían servir se divertían volándoles la cabeza de un disparo. Los androides serán los seres explotados que se rebelarán contra sus creadores y los crueles humanos.

Nolan ya se dedicó a hablar de los peligros del mal uso de la tecnología en su otra producción para la televisión: Person of Interest. En ella, se nos hablaba de los riesgos de una gran inteligencia artificial que se dedicaba a monitorizar todas las conversaciones para la prevención de posibles ataques violentos y que acaba creando una sociedad totalitaria. En Westworld tenemos también a J. J. Abrams, que ha colaborado en ambas series con Nolan. En el reparto de Westworld se encuentran estrellas como Anthony Hopkins, que encarna al creador de las máquinas; o Ed Harris, cuyo papel parece ser el del gran villano, aunque no todo es lo que parece y no va a ser exactamente la versión televisiva del personaje que interpretó Yul Brynner en el cine. Otros actores de la serie son Evan Rachel Wood, James Marsden y Rodrigo Santoro. Para la banda sonora, Nolan vuelve a contar con Ramin Djawadi, el mismo que le puso música a Person of Interest y al gran éxito de la HBO: Juego de Tronos.

Posible nuevo reclamo de HBO

Las semillas ya están plantadas y en las próximas semanas podremos comprobar si la expectación estaba justificada o si la serie se convierte en una decepción. Westworld todavía no tiene fecha de estreno en España, por lo que es muy posible que sea una de los principales reclamos de la HBO cuando desembarque en nuestro país con su plataforma en streaming a comienzos del próximo año 2017.