Tom Hardy ha cogido el gusto a esto de interpretar personajes oscuros. Su serie, Taboo, tiene muchos de los alicientes que engancharon al actor británico a la clase de papel que interpretó en El Renacido: la naturaleza, los personajes de doble filo y la acción, mucha acción. Pues sí hay algo que sobresale en Taboo es el ambiente sórdido y oscuro del Londres del s. XIX, descubierto de la mano de un guía turístico algo insólito: James Keziah Delaney, un hombre al que se dio por muerto al viajar a África y no dar señales de vida en 10 años. Tras pasar toda clase de penurias, Delaney vuelve a Londres con sed de venganza con una pequeña fortuna de origen desconocido.

Hardy, que ganó el Oscar como Mejor Actor de Reparto por la película de Alejandro González Iñárritu, es el espíritu de esta producción con la que ha querido iniciar su temporada HBO, ya que el actor británico es el creador, el productor y el protagonista de la serie. De hecho, esta semana ha sido noticia la mala inversión del actor en su primera incursión en la tele, ya que según el diario The Sun Hardy ha perdido unos 2 millones de libras de su inversión en la serie, ya que Taboo únicamente habría generado 8,4 millones de los 10,4 millones que costó. Esta mala noticia se suma a su baja audiencia en la BBC, donde se emite la serie desde su lanzamiento. Sin embargo „y estas son las cosas del streaming„, la serie es una de las más vistas de la plataforma HBO. Qué ironía.

Taboo cuenta con la participación de Leo Bill (Los Borgia), Oona Chaplin (El padre de Caín), hija de Geraldine Chaplin y nieta de Charles Chaplin; o Jefferson Hall (Star Wars). El director Ridley Scott también se encuentra entre los créditos de la serie como productor ejecutivo, así como Edward Hardy, el padre del actor protagonista, en cuyo texto se basa la serie. Aunque se trata de un drama de época, la dinámica es muy diferente a la de Downton Abbey. De por sí, el personaje principal despierta poca simpatía a causa de un ansia de venganza que no acaba de entender el espectador durante los primeros capítulos. Sin embargo, se va haciendo más humano por momentos, aunque no lo suficiente como para sentir una aguda empatía por un personaje que tiene más de massai que de Sherlock, el personaje de época por antonomasia.

En fin, si tienen ganas de liberar tensiones, enciendan el ordenador y vean Taboo en lugar de dar tiros en una consola. Pero si son de los que les gustan las tramas de época con pequeñas idas y venidas, mejor enchufen La 1 y vean Acacias 38.