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Entrevista

Jordi Hurtado: "Nos gustaría dar mayores premios"

Jordi Hurtado: "Nos gustaría dar mayores premios"

La última campaña de la Guardia Civil para renovar el carné de identidad lleva la cara de Jordi Hurtado (Barcelona, 1957); pero al presentador no le importa y se toma con humor el sambenito que le han colgado de inmortal. Dice que es un homenaje a su programa, «Saber y ganar».

Cada día un millón cien mil personas ven el concurso y Hurtado cree que es ahora cuando «Saber y ganar» está en su mejor momento. De momento, desde que se estrenó ya se han formulado más de trescientas sesenta mil preguntas y lleva trece años siendo el programa más visto de La 2. Casi nada.

¿Va a ser verdad que es inmortal? Veinte años con el mismo programa.

El que es inmortal es el programa, que va a seguir y seguirá aunque no seamos las mismas caras las que estemos al frente.

Pero el año pasado, tras diecinueve años sin fallar ni un solo día, tuvo que ausentarse un par de semanas y eso le humanizó.

¡Yo ya sabía que era humano, sólo los que hacen coñas se enteraron entonces! La verdad es que después de diecinueve años estando siempre al pie del cañón, en ese momento puntual no podía estar más en el plató, tras una etapa de resfriados y afonías.

Supongo que los chascarrillos de su supuesta inmortalidad se los toma con humor.

Hay que tomárselos con humor, no puede ser de otra forma y como un homenaje a la longevidad del programa. i

Si hasta la Guardia Civil hace campaña de la renovación del DNI con uno suyo con fecha de nacimiento desconocida?

Que el «community manager» de la Guardia Civil tenga este sentido del humor es de coña, curioso y bonito. Si es que además yo no escondo mi fecha de nacimiento, vamos que se puede encontrar en internet.

Hasta le nombraron ministro del «Ministerio del Tiempo» en un cameo?

Sí, es una serie extraordinaria, me sedujo la idea y acepté encantado. También puedo adelantarte que he participado en una serie que está por estrenar y que se llama «La peluquería», se ha grabado en Cataluña y es muy divertida.

Es cierto que los datos de audiencia son muy buenos, pero seguro que alguno duerme la siesta con usted.

Eso lo hacen después con los documentales. Yo acabo agotado porque durante todo el programa estoy ¡venga, arriba, arriba! Y cuando analizamos la gráfica de audiencia siempre empieza bajito, bajito y va subiendo durante todo el programa.

«Saber y ganar» es un programa para gente que sabe de verdad, ¿no cree que los premios deberían de ser más golosos?

Completamente de acuerdo, pero estamos en la televisión pública y es lo que hay. Nos gustaría dar premios mayores, pero desde que desapareció la financiación publicitaria la cosa está como está. Pero claro, cuando ves las cifras del rosco de «Pasapalabra» o el bote acumulado de «¡Boom!», pues alucinas.

¿La voz en off a veces le persigue?

(Risas) No, no, somos buenos colegas, pero no es para tanto. Juanjo Cardenal y yo llevamos trabajando juntos desde «Si lo sé no vengo» y tenemos muy buena sintonía en el plató, pero después cuando sales de ahí buscas otros alicientes.

Atención, pregunta con la i. Dícese de la infanta que desconoce los ilícitos penales de su marido.

Ah, sí, sí, la verdad es que cuando el caso Nóos hicimos varias preguntas sobre el tema, una de ellas fue qué significaba el vocablo griego «nóos», fue durante la conexión en directo que hicimos desde el telediario de La 1 para celebrar los veinte años del programa. Pero respecto a su pregunta, sí, pero prefiero no adjetivar.

¿Es de los que siguen jugando al Trivial con la familia en los ratos libres?

He tenido que abandonarlo hace tiempo porque sería bastante repelente.

Veinte años haciendo el mismo programa y le he escuchado decir que está en su mejor momento. ¿En serio?

Sin duda, hemos ganado mucha soltura; lo que ha pasado ahora después de cumplir veinte años en pantalla ha sido lo mejor que nos podría ocurrir. Con el tiempo todos hemos aprendido a hacer un programa menos serio, ahora nos reímos más, y Juanjo y yo siempre estamos improvisando. Además, mimamos mucho a nuestros concursantes, y eso se nota.

Sólo una vez han tenido que rectificar, lo hicieron con José Pinto, el ganadero de Casilla de las Flores (Salamanca), menuda la que se montó, y ustedes rectificaron.

Se estudió muy bien el tema, la pregunta no era eliminatoria, pero él fue al reto y no lo superó. Y al final se consideró que había que rectificar, y está muy bien hacerlo cuando lo hay que hacer. ¡Fíjate lo que ha ocurrido en los Oscar, al lado de eso lo nuestro no es nada! Es tan genial José Pinto que ha merecido la pena corregir el error.

¿Le veremos en el trigésimo aniversario?

Sí, sí, pero antes tenemos que celebrar los cinco mil programas, que es una cifra a la que llegaremos el año que viene.

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