No es fácil olvidarse de aquellas noches de viernes frente al televisor, de las primeras azafatas en mini falda que aparecían en una España todavía franquista, ni de esa calabaza cantarina que pronunciaba aquél «1, 2, 3...» antes de cada concurso.

Corría el año 1972 cuando Narciso Ibañez Serrador, conocido como Chicho, revolucionó la programación de televisión española, que en ese momento era sinónimo de revolucionar a la sociedad en su conjunto. Su programa más conocido, cuyo estreno tuvo lugar durante ese año, es sin duda el concurso «1, 2,3... Responda otra vez», que estuvo en parrilla con descansos hasta 2004. Con ese formato que Chicho trajo desde Argentina, la televisión pública llegó a congregar hasta 20 millones de espectadores en los años ochenta.

Todos estos proyectos y un Chicho más personal, son los protagonistas del documental «Historias para recordar», que podrá verse en el programa Imprescindibles de La 2 el próximo 22 de mayo.

«Descubriremos el talento del guionista más grande de la televisión de este país», aseguran los realizadores, que acompañaron al maestro durante sus años de trabajo. Carlos Muriana y Marisa Paniagua dirigen este documental sobre «la parte menos conocida de Chicho, la menos televisiva, sus años de infancia y su vida en Argentina». Para ambos, el director «fue una escuela» y aunque «era tan exigente que temblabas si te llamaba al despacho» nunca exigía a nadie más «que a sí mismo».

Un bagaje internacional

El uruguayo llegó desde Argentina a una televisión todavía ministerializada y tradicional, que vivía bajo los últimos años de la dictadura. Aterrizó con un baúl lleno de historias de artistas e influencias variopintas debido a la influencia de su familia.

Su padre fue el director teatral Narciso Ibáñez Menta, y su madre la actriz argentina Pepita Serrador. Chicho pasó toda su infancia en América Latina acompañando a sus padres durante sus giras teatrales, y con 8 años realizó su primer papel como doblador del conejo Tambor en la película Bambi.

Lo que no sabían los realizadores del documental antes de bucear en su biografía, es que también trabajó de camarero y de fotógrafo de calendarios cuándo llegó a España en los años 50. «He trabajado con Chicho desde 1992 y todavía descubre cosas de él», asegura Paniagua, que dice que «también aprendió de sus errores».

El guionista llegó con sus influencias internacionales y llenó de color la televisión pública. En el concurso «1, 2, 3» pueden verse guiños a la televisión británica (cuando la presentadora baja por las escaleras) o a la portuguesa (en la manera de hacer las preguntas). Quizás por eso, fue el primer formato creado en España que se exportó masivamente al extranjero. Las emisiones llegaron a Portugal, Reino Unido, Holanda, Alemania, Austria, Suiza, Bélgica, Luxemburgo y Dinamarca.

Una historia de documental

En el documental aparece la presentadora más famosa de «1,2, 3..», Mayra Gómez Kemp, que acuñó aquella frase de «hasta aquí puedo leer». El propio Chicho también tendrá su minuto de gloria «aunque nunca le ha gustado esto de los homenajes».

A sus 81 años está delicado de salud y sólo intervendrá en dos momentos breves de la película. Los cineastas Álex de la Iglesia y Antonio Bayona hablarán de la importancia de Chicho en el cine español, pues «aunque sólo dirigió dos largometrajes («La Residencia», 1969, y «¿Quién puede matar a un niño?»1976), dejó una gran huella».

Para el gran público, Chicho siempre será el hombre que les hizo temblar de miedo con «Historias para no dormir» y, años más tarde, reír con «Un, dos, tres». Pero indudablemente siempre será el innovador que llenó de color y humor la televisión pública.