Llegará un día en el que la familia Alcantara se adelantará a sí misma y la serie pasará a llamarse «Cuéntame cómo pasará» y sus miembros tendrán que esquivar a sus «yo» pasados (o futuros) para no provocar una disfunción en la línea espaciotemporal que provoque su desaparición, tal como le pasaba a Marty McFly en Regreso al futuro.

Pero mientras eso ocurra (o no), este jueves Antonio, Merche y los suyos vuelven a La 1 en su versión invierno de 1987. Y así, la decimonovena temporada «Cuéntame cómo pasó» arranca con los institutos y universidades en pie de guerra contra la Selectividad y los Alcántara volando hacia Londres para acompañar al cabeza de familia que, por fin, cumplirá el sueño de perfeccionar su inglés.

Así comienzan los nuevos capítulos de la serie de más éxito de la televisión, que terminó su anterior temporada ante más de 3,4 millones de espectadores (20,2%). Aquel último capítulo termino sin saber la respuesta de Karina a la pregunta de Carlos de si quería casarse con él. Además, Antonio había entrado en depresión tras la muerte de su hermano Miguel, María (la menor de las hijas del matrimonio) fracasa en la competición como patinadora, e Inés (la hija mayor) es acosada por una fanática.

Pero 1987 es para los Alcantara un año de crecimiento. Además de perseguir sus metas personales, la familia tendrá que sortear la actualidad de un año que dio mucho de sí. Los conflictos por los efectos de la reconversión industrial en Reinosa coparon muchos de los titulares, mientras los vecinos de Riaño seguían oponiéndose a la construcción del pantano leonés. También se celebraron las primeras elecciones al Parlamento Europeo y Jesús Gil llegó a la presidencia del Atlético de Madrid. Fue también el año en el que los bonsáis se pusieron de moda, Jesús Hermida estrenó «Por la mañana» y el corsé de Sabrina se convirtió en uno de los grandes momentos televisivos de la década. Los espectadores de «Cuéntame cómo pasó» han asistido en los últimos años al crecimiento de la segunda generación Alcántara, e incluso de la tercera. Hijos y nietos de Antonio y Mercedes van ganando en presencia y protagonismo.

El desafío de estos últimos años, que se acentúa en esta temporada, es conservar la unidad de la serie teniendo tantas historias que contar. Y para ello Antonio y Mercedes sirven de amalgama a todas esas historias que pasan y se cruzan en el hogar de San Genaro. La pequeña María, que ya tiene 15 años en la ficción, también es una fuente de nuevas historias y proporciona un vehículo para hablar de la nueva adolescencia, la de la generación de la EGB.

Buena parte de la actualidad de 1987 tendrá su reflejo en la vida de los Alcántara, incluida la de la benjamina, María (Paula Gallego) que, en enero de 1987 participa junto a Bruno (Óscar Casas) y sus compañeros de instituto en las manifestaciones en Madrid contra la selectividad, en las que un joven punki, El cojo Manteca, se convirtió en un icono del descontento en las calles. En marzo, Inés (Irene Visedo) entrega un Premio Goya en la primera gala de la industria del cine español, y Toni (Pablo Rivero) sigue muy de cerca la actualidad como presentador del Telediario. Entre las noticias más dramáticas, los brutales atentados de ETA en Barcelona y Zaragoza, que dejarán una profunda huella en la memoria del país y de la familia.

Carlos (Ricardo Gómez) y Karina (Elena Rivera) planean su futuro en el viejo piso de Malasaña. Sus apuros económicos y el cuidado de la pequeña Olivia marcarán su relación desde el primer momento. Por fin, empiezan a ver la luz cuando Karina logra un puesto de profesora en la cárcel de Carabanchel, donde Guillermo (Pedro Casablanc), uno de los reclusos, será su ayudante. En el caso de Toni (Pablo Rivero), la irrupción de Juana (Cristina Alcázar) y Santi, produce tensiones que repercutirán en su relación con Deborah (Paloma Bloyd). Mientras Inés vive una luna de miel profesional, su novio Marcos (Carlos Cuevas) viaja a México para realizar un reportaje para Interviú sobre la droga.

Para Antonio (Imanol Arias), es el momento de plantar cara a un desafío: aprender inglés en Londres. Allí conoce a Santos, un tipo emprendedor y simpático, que tiene ideas sobre turismo. Ambos encajan y Antonio vuelve a Madrid con la idea de comenzar otro negocio, una nueva prueba de fuego para la paciencia de Mercedes (Ana Duato). A pesar del esfuerzo por cubrir todos los frentes, y del apoyo de Herminia (María Galiana) Mercedes se resquebraja con el peso de su familia.