El expresidente del Valencia CF Juan Soler ha afirmado ante el juez que fue el confidente de la Policía el que le propuso secuestrar al otro expresidente del club Vicente Soriano porque le comentó que era la mejor forma para solucionar los problemas que mantenía con él por el dinero que le adeudaba. Al negarse, ha comentado que se sintió amenazado, por lo que le dijo que "sí" a todo. Pero solo para "abortar el tema" y "salir de allí", ha recalcado, según consta en la declaración a la que ha tenido acceso Europa Press.

Soler ha negado de esta forma haber ideado o planificado cualquier secuestro a Soriano en su declaración como imputado ante el titular del juzgado de Instrucción número 12 de Valencia, encargado de la causa que se sigue contra él y otras cuatro personas más por este supuesto intento de secuestro.

Soler estaba citado en el juzgado a las 11.30 horas, y su declaración se ha prolongado durante algo más de una hora. Ha salido del órgano judicial por la puerta de atrás, bajo unas gafas de sol y acompañado de su hijo, y ha indicado a los periodistas que le esperaban que no iba a hacer ninguna declaración.

Pese a ello, los medios de comunicación le han formulado alrededor de una treintena de preguntas y le han seguido hasta que se ha introducido en un centro comercial próximo, pero no ha querido contestar a nada. Mientras tanto, su hijo iba escoltándole y bajando las cámaras de los fotógrafos.

Soler, durante su declaración, ha querido contestar a todas las preguntas formuladas por las partes a excepción de la letrada de Vicente Soriano en base a todo el "conflicto jurídico" que mantiene con éste desde hace cinco años, según ha justificado.

El imputado, en relación con el supuesto secuestro, ha explicado ante el juez que hubo una primera reunión en diciembre de 2013 en la que estuvo presente su hijo, Tati --un empresario marroquí también imputado en el procedimiento-- y el confidente, y la misma surgió después de que Tati le comentase que podía tener un comprador de la deuda que mantenía Vicente Soriano con él.

Este encuentro fue, según Soler, "muy distendido" y aprovechó para entregarle al confidente toda la documentación sobre la deuda, algo que, tal y como ha expuesto, ya había hecho con otras personas que habían intentado mediar por dicha deuda. El confidente le comentó que podía buscar personas que le comprasen la deuda porque tenía "contactos en Marruecos" con "gente influyente, políticos y empresarios".

Seguidamente, ha narrado que a primeros de marzo hubo otra reunión en su despacho a la que asistieron Tati y el confidente. En la misma, este último le propuso --según su versión-- que la "solución" a sus "problemas" debía realizarse de otra manera, y le indicó como "propuestas" entrar a robar en casa de Soriano, porque le había indicado un exempleado suyo que guardaba 15 millones, y como "segunda propuesta" le sugirió secuestrarle pidiendo dinero a cambio.

Le amenazó "veladamente"

En ese momento le señaló que si se decidía, la forma de ejecutar el secuestro era cosa suya. Entonces le contestó que no estaba de acuerdo "en realizar tales actos" y como consecuencia, el confidente "elevó el tono" y le "amenazó veladamente". "Las amenazas veladas derivan de que el confidente indicaba en tono elevado que ya habían pasado dos meses, que necesitaba dinero porque había tenido muchas gastos", ha apostillado, y ha concretado que también le dijo que conocía a su familia.

En ese momento, el confidente se marchó y él le pidió a Tati que se quedase para pedirle explicaciones a cerca de quién era el confidente. Al día siguiente, éste le informó de que era un "delincuente peligroso" y que había que ir con cuidado y hacer algo para asustarlo o para que desistiese de su actuación. Tras la propuesta del confidente del robo y el secuestro a Soriano, ha señalado que tanto Tati como él se quedaron "sorprendidos".

Así, pensaron en contarle al confidente que iban a abrir unas cuentas en el extranjero a través del abogado penalista Juan Carlos Navarro --también imputado-- y que la policía le estaba siguiendo la pista. Sin embargo, sobre estos extremos, ha aclarado que las cuentas no se llegaron a abrir y que Navarro "no sabía nada". Ha dicho que todo era un "plan" para "asustar" al confidente.

De esta forma, en la siguiente reunión, de finales de marzo, le contaron lo de las cuentas y le indicaron que había un seguimiento policial. En esos momentos éste reaccionó y le pidió 300.000 euros por los gastos que todo el tema le había generado, y si no se lo daba, le dijo que "se iba a acordar". Le comentó que estos gastos era porque ya había contratado a unos colombianos.

Tenía "miedo"

Hubo otro encuentro días más tarde en el que Soler acudió acompañado de un asesor suyo, Ciro, porque le "daba miedo" encontrarse a solas con el confidente. Durante el mismo, ha dicho que quería terminar "rápido" y salir porque tenía "miedo" de la situación. Ha reiterado que "en todo momento" quería abortar el tema, pero el confidente le empezó a hablar de gastos y a partir de ahí le dijo que "sí" a todo porque "quería salir del lugar".

Además, Soler ha indicado que el confidente se ha ofrecido a cambiar su versión de los hechos por 300.000 euros --propuesta que le hizo a sus abogados-- y que cree que éste acudió a la policía "con toda esta historia" porque su fin era "obtener dinero".

La pasada semana declaró en el juzgado, como testigo/perjudicado, Vicente Soriano, quien expuso que el confidente se presentó en su despacho en el mes de abril y le alertó del intento de secuestro ideado por Soler y de cómo iban a torturarle. En concreto, le explicó que pensaban llevarlo a Francia y desde allí mandar a su familia "un dedo" suyo o "una oreja", según relató al juez.

Le indicó que había estado cinco meses efectuándole un seguimiento a él y a su familia, y que "no lo veía claro" ya que Soler "era una mala persona, un embustero y un mentiroso". Le reiteró que Soler era el que "estaba detrás de todo".