El Valencia mostró esta noche su ilimitado potencial con otra victoria convincente, esta vez ante el Córdoba, que le aúpa al liderato de la Liga. Palabras mayores para un equipo imparable, que ofrece momentos que recuerdan el ingenio y la precisión del mejor Valencia de la década anterior. El equipo de Nuno superó a su rival con una exhibición de recursos, que son muchos y variados. Dominó todas las facetas del juego, pero destacó por su capacidad para el contragolpe, el arma que tantas alegrías le ha dado en sus etapas más gloriosas.

Paco Alcácer encendió la mecha muy pronto con un gol "marca de la casa". Un remate de cabeza al segundo palo, a un centro preciso de Feghouli, que provocó el entusiasmo de la grada, dichosa por la frescura con la que su equipo gestiona los partidos. El Valencia parece que ha adquirido el grado de exaltación necesario para derribar todas las barreras. A la fiesta, de la que el Córdoba fue mero espectador, se sumó de inmediato otro canterano. El jovencísimo Gayá amplió la ventaja con un zurdazo seco, tras una acción de Parejo. Con mucho partido por delante, el resto de la noche dejó excelentes noticias. Como Mustafi, que demostró la solvencia con la que se desenvuelve en la defensa en su estreno como titular. La otra novedad, Cancelo, mostró sus trazas de lateral ofensivo. Feghouli cerró la cuenta con un remate seco al segundo palo en otra acción de contraataque.

Era el tanto que impulsaba al equipo a la primera posición, al superar la diferencia de goles del Barcelona. Nuno ya había dado entrada a más gente joven. Los canteranos Carles Gil y Rober saltaron al césped junto a Lucas Orban, que aportaron más desparpajo a un grupo que, con cinco jornadas disputadas, mira por el retrovisor al resto de competidores. Todo gracias a un juego un juego armonioso, preciso y contundente.