Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Off the record

Wilson estaría orgulloso

Sentarse ante determinada prensa sigue siendo un mal necesario para Nuno. Sobre todo si no gana

Wilson estaría orgulloso

Hace más de 100 años, Woodrow Wilson, el presidente número 28 de los Estados Unidos, concedió la primera rueda de prensa de la historia, entendida como tal. En concreto, el inicio de esta práctica periodística se remonta al 15 de marzo de 1913. Cuentan los cronistas de la época que Wilson mantuvo un total de 57 encuentros con la prensa en ese año. Y, qué curioso, muchos de ellos apuntan también que el inquilino del despacho oval no respondía de forma concreta a muchas de las cuestiones que se le planteaban respecto a temas tan cruciales como la intervención en la Primera Guerra Mundial, el Canal de Panamá o la Ley Seca.

Ha pasado el tiempo, pero la situación es, en esencia, la misma. El sector del entorno que se marchara ayer de Mestalla preguntándose el porqué de un césped tan alto y seco seguirá hoy con la duda. Y no será por insistencia de los periodistas. Pero, analizando algunas respuestas, sentarse ante determinada prensa sigue siendo un mal necesario para Nuno. Sobre todo cuando no gana. Que no hablara de su encabronamiento con Marcelino García Toral es residual. Al menos para quien escribe. Si no se estrecharon la mano, allá ellos. Son minucias. No creo que Salvo se atreva a sancionar al portugués por atentar contra el Gloval Respect. Pero que el estado del terreno de juego perjudicara a los futbolistas de calidad del Valencia sí es una cuestión que debió haber aclarado.

No es necesario ser un experto en gramíneas para darse cuenta de la lentitud de la pelota en todas las circulaciones o transiciones rápidas que intentaron Parejo o André Gomes. El último apagón de aspersores que recuerdo fue ante el Barça. El Valencia perdió 0-1. Polémicas botánicas al margen, hágase la pregunta y responda con sinceridad. Si antes de estrenar la Liga en Nervión a finales de agosto le hubieran dicho que el Valencia iba a llegar cuarto a la jornada 30, a tan solo un punto del tercero, ¿hubiera firmado?. Servidor de ustedes, sí. Sin ningún tipo de titubeos. Incluso aceptando el condicionante del fracaso en Copa ante el Espanyol. Que ya es decir. Viniendo de donde venimos -octavos la temporada pasada y sufriendo en silencio la condena de esas semanas interminables viendo competiciones europeas por la tele-, que el equipo que dirige Nuno Espirito Santo dependa de si mismo para disputar la previa de la Champions 2015/16 es un cambio a mejor. A mucho mejor.

Quizá la cercanía con Barça y Madrid a estas alturas de la película alimentara las esperanzas de una hazaña. Pero ya habrá tiempo y dinero para la épica. Serà per diners€

Sacudidas leves como la de ayer ante un buen Villarreal nos devuelven a la perspectiva adecuada. Quedan nueve jornadas y el Valencia juega una Liga de tres contra el Atlético de Madrid y el Sevilla. El ganador tocará el cielo con la punta de los dedos, el segundo tendrá un agosto movidito y el tercero€ el tercero no existe. Porque en el planeta de los grandes jugar la Europa League es sinónimo de desaparición.

Para acabar entre los dos primeros esa liga de tres no hace falta que Nuno toque demasiado el armazón. Y no lo hará. Realmente, no tiene excesivos motivos para hacerlo. El partido de ayer no difiere en demasía de otros en los que el Valencia sí acabó llevándose los tres puntos. Si me preguntan qué cambió respecto a esos encuentros con final feliz, lo tengo claro. Alcácer no enchufó la que tuvo y, sobre todo, el Villarreal no es el Getafe, ni la Real Sociedad. Independientemente de las simpatías que despierte en el entorno, hablamos de un club que ha trabajado francamente bien durante el verano y en el mercado de enero -le han ganado 14 millones de euros al cambio Eric Bailly-Gabriel-, que ha diseñado una plantilla competitiva y que preparó a conciencia el viaje a Mestalla. Como lo hizo cuando fue al Bernabéu, donde también empató. Un punto contra este Villarreal no es ningún fracaso.

En cambio, sí me parece preocupante la situación física de Gayà, que ya tuvo problemas musculares en la recta final de la temporada pasada. Aparentemente recuperado para el partido de ayer, me pregunto si no sería conveniente que descansara en Bilbao y quizá también ante el Levante dentro de una semana. Vaya por delante que el cuerpo médico, fisioterapeutas y recuperadores del club ha realizado un trabajo excelente estos meses. El Valencia siempre acaba los partidos en campo contrario, no ha habido excesivas lesiones musculares -es verdad que jugar un partido cada siete días ayuda- y la recuperación de jugadores rotos ha sido eficaz y en algunos casos -véase Otamendi-, milagrosa. Pero, para encuentros trabados como el del Villarreal, la opción de abrir el campo con el de Pedreguer será fundamental. Y de esos quedan varios.

¿Cuántas veces hemos dicho esta temporada aquello de «Balones a Gayà»? Cuidémosle. Que la temporada acaba el 23 de mayo.

Compartir el artículo

stats