Tras una primera parte prodigiosa, el Barcelona se dejó llevar ante el Sevilla, revelando una de esas debilidades de los grandes cuando creen que la distancia con sus rivales es mayor de la que dicta una competición. El Sevilla se agarró al partido y puso al Barcelona en ese estado de introspección tras una bofetada inesperada. Está por ver cómo reaccionan los de Luis Enrique en otro envite imponente, como el del PSG, pero las últimas jornadas ligueras han mostrado algunas grietas en el líder de la competición, que de nuevo se ve acosado, ya sin margen de error, por el Real Madrid. Ante el Celta, el pasado fin de semana, solo la aparición de Mathieu en el último minuto corrigió un mal partido de los suyos.

Pero si quiere un buen referente que imitar en el Camp Nou, el Valencia puede retomar el hilo de la ida. En Mestalla el Barça se mostró incapaz de imponerse a los de Nuno. Lo único que consiguió es cierto equilibrio en el intercambio de golpes, en el que al Valencia le faltó puntería. Busquets, en el último minuto y con el Valencia exhausto, logró un premio mayor del que su juego merecía.

El Sevilla, de una tacada, logró abrir una brecha e insuflar emoción a la Liga, tanto para los perseguidores como para los próximos rivales. El Valencia está en esas dos categorías.