A Nuno no le tiembla el pulso si tiene que apostar de inicio por Paco Alcácer. Da igual que esté presente Peter Lim, que se vio obligado a realizar una llamada a los dirigentes del Manchester City para desbloquear una negociación que no fructificaba y que se elevó a una cantidad próxima a los 30 millones de euros. Si el técnico ve mejor a Paco apuesta por él, si cree que es preferible actuar con un único punta a hacerlo con dos, pues sienta a uno. Sobre el césped el «9» también habla. Hay días en los que no recibe balones en las condiciones idóneas, momentos en que traza con sigilo su desmarque y no le ve el compañero que conduce el balón, pero el día en que se produce esa conexión€ es letal.

Ha vivido muchos derbis desde que entró en la escuela del Valencia CF, club que lleva dentro, de ahí que el gesto de besarse el escudo cuando marca no lo realiza de cara a la galería. Lo siente. Su cariño al club va más allá del contractual, con su rendimiento hay osados que ven qué cláusula de rescisión le fijó el club, por si le pueden lanzar el anzuelo. Los 80 millones de euros no es una cantidad que se pague mucho en el mundo del fútbol, pero sabiendo el potencial que tiene y la proyección€ la dirección deportiva fue más allá del estándar de los 50 millones. Once goles acumula Alcácer en lo que va de curso, ocho de ellos en liga, pero no es el típico futbolista que se emborracha de goles en pocos partidos, cada tanto que marca€ tiene su valor. No son los anotados en los «minutos de la basura», como se diría en la NBA cuando la diferencia de puntos entre los dos equipos es insalvable y hay jugadores que endulzan sus estadísticas. No es el caso del «9».

Salvadas las imprecisiones en las entregas iniciales, rápidamente Diego Mariño encendió la luz de alarma. Veía merodear a Alcácer y no veía nada bueno. Avisó primero enviando el balón centrado por Feghouli al fondo de la red, invalidado por un fuera de juego que ofrecía dudas. Sólo fue otra señal más, pero a la segunda que tuvo€ nadie fue capaz de discutirle el gol. Dani Parejo midió el centro al área desde la banda derecha, donde recibió el balón tras un pase del propio Alcácer. El ariete de Torrent se guisó y se comió el gol, con la dificultad añadida de recibir falta en el momento en que abrió el juego a Parejo, pero ahí el árbitro optó por dar la ley de la ventaja, y Paco demostró el hambre que tiene levantándose rápido y buscar el gol, como ha hecho toda su vida.

Pero el repertorio de Alcácer no se queda sólo en sus goles, que por sí solos son espectaculares, y eso es lo que puede convertirle en unos años en uno de los mejores delanteros de Europa. Está en camino. Cuando era un niño Paco siempre destacaba sobre el resto de goleadores, pero uno de los mensajes que le llegaron dentro hacía referencia al trabajo que necesitaría para lograr su sueño de ser futbolista. «Son muchos los jugadores que tienen calidad, pero para llegar arriba hay que trabajar duro», le dijeron. Sus padres, los primeros. Y aunque cuando uno recurre al currículo de un delantero, la mirada se inclina inicialmente a los goles que lleva, en el caso de Alcácer uno está obligado a seguir leyendo. Generoso con el compañero, lleva seis asistencias, es uno de los arietes que mejor interpretan los desmarques, pero también es el primero en sacar sus garras en labores de presión. También le da tintes a su mirada, «asesina», cuando no le ve un compañero tras lograr una posición clara de remate. O si un rival le incomoda.

En el derbi, Alcácer se encargó de abrir un marcador que luego amplió Feghouli. Las ocasiones se fueron multiplicando con el paso de los minutos pero esta vez, el Valencia CF tenía bien aprendida la lección de San Mamés, donde con 0-1 se le dio vida al no materializar una de las acciones claras de gol de Rodrigo, y luego todo el mundo sabe lo que pasó. No querían que en el derbi un error, propio o del cuerpo arbitral, les dejara sin triunfo. Lo hablaron los futbolistas antes de subirse al autocar rumbo a Mestalla: «Este partido es vital». Dos partidos seguidos sin sumar el triunfo había minimizado la ventaja con el Sevilla y le permitió al Atlético tomar aire en el tercer puesto, pero esta jornada habían empatado los dos rivales «directos» por la Champions y más allá de que en un derbi se minimizan las diferencias que existen en la clasificación a la mínima expresión, la tropa que dirige Nuno no quería sustos. Y Paco fue el guía en ataque hasta que fue recompensado su esfuerzo por una ovación atronadora por todo el estadio cuando fue sustituido.

Cancelo levantó a la grada

Al margen de Alcácer, Nuno apostó por Joâo Cancelo en el lateral derecho. Su presencia en la alineación fue por decisión técnica, llamativa viendo la poca participación que tiene el portugués aunque la Dirección Deportiva ha decidido negociar su incorporación porque le ven potencial, aunque a día de hoy no están dispuestos a pagar los 14 millones de euros que exige el Benfica. Cancelo, que en San Mamés disputó los últimos minutos de lateral izquierdo, comenzó de lateral derecho y acabó de extremo.

Tuvo detalles técnicos que levantaron a los aficionados, tanto a la hora de ejecutar el golpeo como para combinar con un compañero „generalmente con Soso Feghouli„ o retar al que se le cruza por el camino en un uno contra uno. Provocó varios «olés» en la grada. Conocidas sus virtudes a la hora de atacar, no sufrió en defensa. Sólo le faltó el gol para certificar una noche brillante que no quedó en balde, de cara a reclamar mayor presencia en el equipo, que recuperó el camino de la victoria justo cuando más lo necesitaba y antes de visitar al líder de la Liga en el Camp Nou. Con Alcácer, que ya marcó el año pasado allí, se puede soñar.