«Yo creo que la Copa del Rey que ganamos va a ser el último título del Valencia en los próximos cinco años». Eso dijo Ronald Koeman hace cuatro años en una entrevista radiofónica. Hoy se cumple el séptimo aniversario del último trofeo que conquistó el club de Mestalla, la Copa de Rey, en el Vicente Calderón ante el Getafe con un contundente 3-1, con tantos de Mata, Alexis y Morientes. La profecía del técnico holandés persiste, igual que sus malos recuerdos de su paso por Mestalla.

Koeman salió por la puerta de atrás pese a levantar la séptima Copa de la historia blanquinegra. Días después fue destituido porque el equipo coqueteaba con los puestos de descenso. Esa fue la causa por la que el club se abstuvo de organizar una celebración. Una visita oficial a la Generalitat y el Ayuntamiento y poco más. Se impuso el criterio de los capitanes, a la sazón Rubén Baraja y Carlos Marchena, por encima del entonces presidente Agustín Morera. En una vuelta de tuerca más a la descomposición social durante esa temporada.

«No volvería al Valencia. Me encanta la paella y otras cosas de Valencia, pero tuve mala suerte con la presidencia de Soler y luego hubo otras personas que decidieron echarme», añadió entonces en los micrófonos de «El partido de las 12» de la Cope. Koeman llegó a Paterna a finales de octubre de 2007, después del dantesco despido de Quique Sánchez Flores, de madrugada tras perder en el Pizjuán (3-0), pero cuarto en la tabla. El exjugador del Barcelona se estrenaba en la Liga española después de ejercer de asistente de Van Gaal en Can Barça, y ser primer entrenador del Ajax, Benfica y PSV Eindhoven, al que abandonó tras la llamada del Valencia. Juan Soler, accionista mayoritario entonces, se encaprichó de él cuando coincidió en el sorteo de Liga de Campeones. «Tintín», un buen relaciones públicas, saludó al mandatario y le hizo unas indicaciones sobre algunos jugadores blanquinegros, dejando claro que seguía muy de cerca al equipo. Sólo faltaba un error de Quique, al que salvó a última hora en su guerra con Amedeo Carboni, el director deportivo más próximo a Soler, al que también dejó colgado.

El valencianismo recibió con ilusión a Koeman, esperando que implantará alguna características de la escuela holandesa. Sin embargo a las primeras de cambio se metió en un tremendo lío. Su decisión de apartar del equipo a David Albelda, Santiago Cañizares y Miguel Ángel Angulo antes de la vacaciones navideñas provocó un cisma en la plantilla y en el entorno y en la adición. Todo indica que se el entrenador se plegó a un nuevo antojo del presidente, que tenía señalados a Albelda y Cañizares, dos futbolistas ajenos al régimen adulador hacia Soler. Angulo pasaba por ahí, e incluso Vicente Rodríguez estuvo a punto de correr la misma suerte.

Aunque parece que en aquel desatino tuvo un papel estelar José Mari Bakero, el ayudante de Koeman. Bakero fue la tercera opción del holandés para acompañarle en el banquillo de Mestalla. La primera era Pep Guardiola, pero había iniciado su carrera con el filial del Barcelona en Tercera y quiso cumplir su contrato. Koeman luego buscó a Robert Fernández, con el que también había jugado de azulgrana y además conocía a la perfección el Valencia. Pero Robert estaba entrenando al Orihuela en Segunda B y también prefirió seguir allí, aunque fue destituido con los primeros partidos dirigidos por Koeman y Bakero. Una sociedad que se quebró también tras su salida de Mestalla. Koeman después fue entrenador del AZ Alkmaar y del Feyenoord, pero sin Bakero de asistente.

En la Premier

Koeman se ha estrenado esta temporada como técnico en la liga inglesa con el Southampton, donde tuvo un arranque espectacular, manteniendo al modesto conjunto del sur de Inglaterra en puestos de Champions. Ahora ocupa la quinta plaza.

Koeman aspira a dirigir al Barcelona, donde es un héroe tras conseguir el gol en la prórroga que dio la primera Champions al conjunto azulgrana en 1992. Si vuelve a la Liga sólo será para sentarse en el banquillo del Camp Nou. Algo que espera también el excapitán del Valencia David Albelda, el gran damnificado de su etapa en Mestalla.«Ojalá Koeman entrene al Barça, así se igualaría algo la Liga», repite siempre que se le pregunta por aquellos días.