­No es fácil, pero el Valencia CF fue capaz de disfrazarse del FC Barcelona durante 45 minutos. Había pocas diferencias, pero como siempre ocurre con cualquier copia, se parece al original€ pero en algo falla. Y al cuadro de Nuno lo que le falló fue la definición, porque de no ser así, al descanso perfectamente se habría podido llegar 1-3 ó 1-4. ¿Por qué no? Nadie habría sido capaz de rebatirle. Pero la historia acabó, como casi siempre cuando se visita el Camp Nou, con derrota.

No soy muy partidario de valorar en positivo una derrota, al ir en contra de los principios de la competición, pero el Valencia CF salió reforzado de su visita al coliseo azulgrana. Valiente desde el pitido inicial, aún no se habían cumplido 56 segundos, y recibieron un tortazo. El golpe de Luis Suárez, que se plantó sólo ante Diego Alves para batirle con un disparo raso y seco, no afectó para nada. Y eso no es fácil. Pero Nuno había convencido a los suyos con un plan que entendieron con rapidez. Presión en el área rival, sacando las uñas cuando los adversarios recibieran el balón sin dejarles casi respirar y evitar que Xavi disfrutara con el balón, logrando así desactivar a su tridente ofensivo, que sólo salía de su letargo cuando Messi se pegaba el balón a su bota y trataba de asomarse por el área. Con el único desliz del minuto inicial, el Valencia CF le dio un baile al Barça en su propia casa.

Se multiplicaron las ocasiones de gol; Parejo llegó a fallar un penalti, Alcácer envió uno de sus remates al palo, Rodrigo tuvo la suya, Otamendi buscó el gol con la cabeza€ El gesto de Paco Alcácer, dándole un manotazo al césped al no llegar por un pelo a un remate servía para describir lo que fue un primer tiempo donde el Valencia CF fue mejor en todos los aspectos€ con la excepción de la eficacia, porque el poderoso Barça sólo apareció dos veces por el área de Diego Alves y marcó una. Significativo fue ver a Luis Enrique quitarse la chaqueta del traje, no precisamente por el calor, sino al sentirse incómodo por lo que veía.

Habían realizado un esfuerzo máximo sin premio, un cambio táctico „entró Rakitic, retrasó a Mascherano al eje central, y Mathieu pasó al lateral„, le dio oxígeno al Barça tras el descanso. Sin querer se retrasó un poco el equipo, pero tras una falta con la que Messi casi pincha el balón al escupirlo la cruceta€ el Valencia despertó. No se vio la versión más arrolladora, pero es una obviedad que el respeto que le tenía Luis Enrique no era para ponerse la venda antes de la herida.

Es una evidencia el crecimiento que está teniendo el Valencia CF, sin arrugarse ante los mejores, tuteándoles de principio a fin, y manteniendo siempre el tipo hasta el pitido final. Se perdió, pero el grupo sale reforzado de cara a un esprint final de liga donde quiere pelear por la tercera plaza€ hasta el final. Y está convencido.