El valencianismo se fue ayer del Camp Nou con dos sensaciones claras, que compartía también el entrenador Nuno Espírito Santo. Una, la frustración por no haber sacado nada en un día donde habían tenido muchas opciones. Por ello se fueron «tristes y dolidos». La otra, que este es el camino para conseguir el objetivo, que no es otro que entrar en la próxima Liga de Campeones.

El portugués se marchó con «un sentimiento raro», pues su equipo había completado una primera parte «buenísima». Eso sí, como suele hacer en este tipo de ocasiones, manifestó su apoyo total a sus futbolistas: «Estoy orgulloso, pero no satisfecho, porque aquí solo vale ganar. Orgulloso porque el trabajo ha sido bueno, pero con rabia porque aquí solo vale el triunfo. Hay que sumar puntos para lograr nuestro objetivo», manifestaba.

Pero, una vez más, faltó esa puntería que tanto se está echando en falta esta temporada: «En la primera mitad son demasiadas ocasiones para que el resultado haya sido este. Te quedas jodido por ello», indicaba.

Ya tras el paso por vestuarios, el panorama fue otro. El rival estuvo más asentado y dio menos opciones a los blanquinegros: «Ellos sumaron más hombres por dentro y el nivel de presión no pudo ser el mismo», decía. Además, se dejó sentir el «esfuerzo inhumano» del tramo inicial.

«En el minuto 70 el equipo empezó a bajar su capacidad de presión. El desanimo de estar por detrás del marcador y de haber tenido tantas ocasiones y no haber marcado gol influyó», matizaba.

Por lo que respecta a esa segunda sensación, Nuno aseveraba que ese era «el camino» para llegar a la Champions.

«Tenemos la convicción de que podemos, que el camino es este, de querer crecer así. Venir aquí, tener un desafío y plantearlo de esta manera es bueno», aseguraba el entrenador, que ya piensa en el Granada.