Este Valencia no duda. El equipo de Nuno Espirito Santo respondió al pulso propuesto por los perseverantes Atlético y Sevilla, y resolvió con un fútbol práctico su compromiso de anoche en Mestalla contra el Granada. Los goles en la primera mitad de Javi Fuego y Parejo fueron suficientes para domar a un rival con buenas intenciones pero reñido con su destino. Feghouli y Negredo remataron la faena en los últimos minutos. Los tres puntos preservan la cuarta plaza y reafirman que la lucha por entrar en la Liga de Campeones se acercará probablemente a los 80 puntos. Unas alturas en las que no hace tanto se cotizaban alirones.

Equipo de pulsaciones siempre vibrantes, enemigo de los prolegómenos, al Valencia le costó 20 largos minutos sacudir el tedioso ritmo con el que el Granada había impregnado el inicio de partido. Los visitantes estaban bien resguardados y tapaban toda la movilidad entre líneas de Parejo y André Gomes. Además, evitaban la agresiva presión valencianista con balones en largo, sin arriesgar, para que Success tratara de bajarlos chocando con Otamendi. El Valencia solo había probado a Roberto de lejos hasta que encontró la ocasión que encendió la mecha, con un remate de cabeza, alto, de Parejo en el 23.

En ese instante el Valencia recuperó la verticalidad, comenzó a correr, a abrumar a su rival. En el 25 una peligrosa combinación entre André Gomes y Gayà acabó en el saque de esquina que abriría el marcador. La defensa granadina centró su vigilancia en Otamendi y Mustafi y se olvidó de Javi Fuego, que es como esos actores secundarios sin los cuales no se puede entender una trama. El asturiano, libre de marca, anotó de cabeza y recordó la importancia de la estrategia para decantar envites fríos como el de ayer. Once veces ha marcado el Valencia tras un córner. Sólo le supera el Atlético, con 14.

El gol llevó el partido al terreno propicio, a esa atmósfera trepidante, un clásico de este curso en Mestalla, en la que los blanquinegros rara vez tienen rival. André Gomes, con la cabeza levantada, guiaba jugadas como la del cambio de orientación de 50 metros hacia Rodrigo, que encara en diagonal para ceder a Parejo, que filtra el pase perfecto para que Feghouli recorte y lance pegado al poste, ligeramente fuera. Una bella jugada colectiva que anticipó nuevas oleadas. En el 39, una internada de Barragán acabó en un penalti inocentón de Mainz, que lo derribó con el brazo. Parejo demostró la personalidad que implica su brazalete para pedir la pelota. Estaba reciente en la retina de todos su trascendente error en el Camp Nou, donde se le cuestionó hasta la técnica empleada, con un toque sutil que no confundió a Bravo. En esta ocasión buscó de nuevo la derecha del portero, pero pateó con más fuerza y engañó a Roberto. Gol y partido resuelto.

Tras la reanudación el Valencia bajó una velocidad para esperar a un Granada con el agua al cuello y obligado a tomar la iniciativa. El conjunto nazarí, con una plantilla con más empaque que la que marca la clasificación, intentó atacar pero se topó con un Valencia muy cómodo para despejar el peligro y armar contragolpes. Como el que lideró por la izquierda Rodrigo, antes de ser sustituido, y que acabó con un derechazo repelido por Roberto y a cuyo rechace no llegó, de cabeza, Gayà. Nuno quiso refrescar el nervio de su equipo con la entrada de Enzo Pérez, de vuelta tras su lesión, y de Negredo por un Paco Alcácer que anoche no encontró portería. Con el Granada regalando espacios, Feghouli vio premiado su partido con el tercero, a pase al primer toque de Negredo. El vallecano apuró el partido con un buen gol de cabeza, con el que vitamina su autoestima.