­Para alcanzar el éxito hay que saber actuar con la presión, la misma que el «imparable» Sevilla le trasladó tras vencer al Eibar. «No va a ser un partido fácil», se escuchó en la soleada mañana desde el hotel de concentración. En la batalla a tres bandas por el tercer y cuarto puesto los errores se penalizan muchísimo. Y hay que saber controlar los nervios. Sobre el césped se multiplicaron las víctimas: Morcillo, Paco Jémez „vitoreado por su gente mientras cruzaba el campo regalándole cortes de manga al árbitro„, Rodrigo tras soltar la pierna después de recibir los puños del meta Toño€ Con el temporal empate en el marcador, las emociones deben controlarse. Poco se jugaba el Rayo ante un Valencia que viendo a Enzo Pérez de central multiplicó los despropósitos el día que no podía fallar. Habrá que ver si el punto que se arañó tras una segunda mitad donde la locura y los gritos reemplazaron la exquisitez futbolística del Rayo del primer tiempo.

«Urge reacionar», le decían a Nuno, mientras se retiraba al descanso dialogando con sus ayudantes Rui Silva y Ian Cathro, cabizbajos paseando por el césped hacia el vestuario, era sintomático. Algo no iba bien. Rápidamente, Soso salió a calentar. El Valencia CF no estaba para sonreír con el 1-0 que reflejaba el marcador. Otra historia bien distinta se habría dado si Rodrigo pusiera la guinda en la definición en las dos acciones que ejecutó de cine€ hasta que llegó el momento del disparo. Con una presión alta, por momentos con falta de sincronización, el Valencia CF mostró que necesitaba ir a por el partido. «Así debe llegar el gol», debieron pensar en el banquillo, pero lo que no esperaban fue el error de Diego Alves tras un disparo de Embarba que sorprendió, quizá con parte de influencia del sol. Pero no es una excusa. Y ahí se bloqueó el equipo. Fue un mazazo, pero había que levantarse. Lo exigía el guión.

Parejo, que vio cómo un disparo medido lo escupió el palo, pudo salvar el resultado. Aunque fue André Gomes quien se encontró en su salsa, con el balón y espacios para aprovechar su excelente zancada y ser derribado por Morcillo con expulsión incluida. El debate a flor de piel que se organizó con el árbitro asistente para ver si era penalti o falta, lo validó Parejo con una ejecución de falta directa magistral. Sólo faltaba culminar la faena, pero incomprensiblemente Alves se agrandó para repeler un chut de Kakuta mientras la grada gritaba: «Míralos, míralos, cómo se acojonan». Sin calma, se perdió la ventaja numérica con la expulsión «evitable» de Rodrigo. Vale el punto para salvar la cuarta posición, pero el Valencia CF debe elegir otro camino si quiere mantenerla.

Rodrigo no jugará contra el Real Madrid

Rodrigo sufrió la tercera expulsión de la temporada, al no controlar los nervios tras recibir dos manotazos del portero Toño, provocando la reacción soltando la pierna. Getafe y en dos ocasiones ante el Rayo, viviendo una situación extraña para un jugador sin un carácter agresivo. Se notó mucho la tensión en los banquillos, con muchas protestas en el tramo final, que provocaron la expulsión de Otxotorena, técnico de porteros. Al no reunirse los comités por ser festivo, la roja le impedirá jugar el sábado 9 contra el Madrid y no pasado mañana ante el Éibar.