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La intrahistoria

Aquel "no fichaje" de Chicharito

El jugador conserva un buen recuerdo del intento valencianista por contratarle, tras verlo en directo dos veces y tratar con su familia

Aquel "no fichaje" de Chicharito

Sucedió hace cinco años. El Valencia llegó a estar cerca de Javier «Chicharito» Hernández, el delantero internacional mexicano que vive sus mejores días en el Real Madrid, rival mañana de los blanquinegros. La coyuntura económica del club de Mestalla en aquella época y la concurrencia de una gran potencia como el Manchester United „entidad desde la que ha salido cedido al Bernabéu„ impidieron la contratación.

A pesar de no contar con holgados recursos, el Valencia se planteó su fichaje. Era el mes de diciembre de 2009 y a Fernando Gómez, por entonces director deportivo, le llamó la atención el rápido delantero de 22 años que irrumpía en el Chivas de Guadalajara: «Queríamos confirmar las características que tenía el goleador que veíamos en los vídeos. Era muy atlético, con zancada, corría ligero, tenía un gran remate de cabeza y era hábil en el desmarque. Le costaba jugar más de espaldas, pero lo resolvía bien», explica Fernando a Levante-EMV.

Tras el seguimiento audiovisual y unos primeros contactos, Javi Garrido, técnico de la dirección deportiva, se marcha para verlo en directo. El primer partido es en San Francisco, un amistoso entre México „sin jugadores de ligas europeas„ y Bolivia. Era el debut de Chicharito. Juega 45 minutos, marca dos goles y da dos asistencias. En el siguiente duelo, en Guadalajara, contribuye con una asistencia y un penalti provocado en el 2-0 de su equipo sobre el San Luis. No hay dudas sobre su potencial. Además de explotar en el Apertura ese mismo año, en su curso como titular, Hernández ofrece una grata impresión personal al club. Con estudios, cabal, con un inglés perfecto y el fútbol metido en las venas por la vía familiar: tanto su padre como su abuelo habían sido jugadores profesionales.

De ese modo, el Valencia CF contactó con su padre, el exdelantero «Cícharo» Hernández, y con su representante, pero las noticias son descorazonadoras: «Nos comunicaron que el Manchester United ya había plantado una oferta a Chivas de 14 millones de euros», indica Fernando.

Competir en esas condiciones era inviable. Con una desorbitada deuda de 550 millones y en la antesala de la regularización financiera del club, los técnicos sólo manejan cifras para traspasos de entre 6 y 8 millones para los futuros sustitutos de David Villa y David Silva, todavía en una plantilla que contaba también con Zigic.

Sin embargo, no se cerraron de golpe todas las puertas. El acuerdo con el United dilataría su oficialidad por la dificultad legal de garantizarle un permiso de trabajo, que paralizaban una futura inscripción. Esa noticia le llega a Fernando en Montpellier, hacia mayo de 2010, antes de la cena en la que iba a cerrar el fichaje de Tino Costa: «Desde el aparcamiento del restaurante, antes de la cena, llamé a Eduardo Hernández, el representante, para advertirle que ante cualquier eventualidad el Valencia seguía interesado en el futbolista». Incluso se plantea la opción de volverlo a ver en directo, coincidiendo con una gira de la selección mexicana por Europa, pero los «Red Devils» no tardan en dar por cerrada la operación.

Fernando descarta que «se llegase tarde» o que no se fichase por pura distracción: «Nos interesamos en el momento justo de su eclosión, antes de que debutara internacionalmente. Desde el primer momento el United estuvo por delante y nosotros no tuvimos margen para competir con esa oferta», asegura Fernando, que recuerda que más tarde se fichó por un precio menor a Soldado y Aduriz, (10 y 4´5 millones, respectivamente) después de vender a Silva y con Villa todavía en el club hasta entrada la concentración de «La Roja» en el Mundial.

En el entorno de Chicharito influyó la percepción de que el Valencia se encaminaba a ser un club vendedor. Aunque también se reconoce que, de no haberse cruzado una institución de primer orden mundial como el United, con una alta probabilidad podría haber acabado en el Valencia, club del que el futbolista guarda un excelente recuerdo, desde aquellas conversaciones de un fichaje que no se fraguaría. Hernández ha tenido que luchar en Old Trafford y el Bernabéu para deshacerse de la etiqueta de revulsivo para segundas partes. Una consideración que le pesa por no haberse exhibido con anterioridad en un club de segundo escalón europeo, perfil Valencia, para triunfar y disipar dudas.

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