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Dos ídolos con los pies en el suelo

Dos caminos que discurren en paralelo

Paco Alcácer y José Luis Gayà sobre el campo se entienden sólo con una mirada - Uno sabe de los desmarques del otro sin haber arrancado

Dos caminos que discurren en paralelo

Primero le llegó el turno a Paco Alcácer, camino que siguió Gayà unos meses después. La fecha de nacimiento que figura en su DNI no ha sido ningún obstáculo para convertirse en piezas intocables en un Valencia CF junto al que comenzaron a sufrir desde su infancia, cuando iban a Mestalla con sus familias. Su sangre se oxigena con valencianismo, pero una vez han alcanzado su sueño se han empeñado en escribir otro más grande, disputando la Champions. Alcácer dio el primer paso marcando el gol decisivo que les permite disputar una ronda previa donde, como coinciden ambos, «no podemos fallar». José y Paco se entienden sólo con una mirada, uno sabe los desmarques del otro sin la necesidad de haber arrancado, pero el «9» es consciente que si el balón lo maneja Gayà con su zurda, su centro irá donde él quiere.

Les une una gran amistad dentro y fuera del rectángulo de juego, lo que propicia la cita con Levante-EMV antes de que el delantero se incorpore a los entrenamientos, que ya ha iniciado el carrilero de Pedreguer. Allí es la cita. Con una sonrisa imborrable, les nace al estar disfrutando del sueño que ambos tenían cuando comenzaron a darle a la pelota, tienen grabado a fuego que la pretemporada debe culminar con la clasificación para competir con los 32 mejores de Europa.

Recién estrenado el curso para Gayà, que ya está dándole vueltas al dorsal que llevará porque no puede repetir con el «31» (al estar cogido el que más le gusta, valora enfundarse el «14» que en su día lucieron Bernat o Vicente), los dos se sienten unos privilegiados.

Cuando se juntan con sus amigos es inevitable ponerse nostálgicos y recordar cómo comenzó todo. Tanto José como Paco eran delanteros, el Valencia CF les fichó como goleadores natos, pero a Gayà se le moldeó hasta convertirse en uno de los laterales izquierdos con mayor proyección de Europa. Ha sido suficiente una temporada con el primer equipo para clubes con presupuestos infinitamente superiores llamaran a su puerta, como lo fue el Real Madrid, su rendimiento sobre el césped no se resintió pero sí hubo momentos duros y complicados, en los que le hubiera gustado salir a decir «la verdad». Era consciente del camino que se seguía, pero no entendía las estrategias que alguna parte de la negociación cogía, pero aguantó y se refugiaba en el vestuario, con Paco siendo uno de los pilares.

Sólo unos meses antes, el ariete de Torrent había vivido también en primera persona la negociación para su renovación, quizá no tan dura como la que le correspondió vivir a Gayà, pero sus consejos no los pasó por alto. Ahí comenzó a fraguarse una amistad que se ha solidificado con detalles como el que tuvo Paco cuando firmó su ampliación contractual, al reclamar la presencia de Gayà en su celebración más íntima, a principios de mes, le correspondió al lateral pagar muy a gusto. ¿Cuándo será la próxima? Los dos saben que la mejor fecha será a finales de agosto€ con la clasificación para la Champions en el bolsillo.

«Para nosotros superar la eliminatoria previa lo significa todo, evidentemente trabajamos todo el año para lograr ese objetivo y sabemos que no podemos fallar porque queremos jugar la Champions», asegura Gayà, en una reflexión que secunda Alcácer, autor del gol que les valió para acabar la Liga en el cuarto escalón: «El primer paso era acabar entre los cuatro primeros, fue un paso importante, pero ahora debemos dar el segundo y es fundamental. No podemos tropezar en la previa de la Champions, sabemos la importancia que tiene para el club en el plano económico estar en la máxima competición continental y en lo deportivo también es muy importante jugar la mejor competición del mundo a nivel de clubes».

Los dos han vivido noches mágicas en Mestalla en primera persona, sufriendo desde la grada, celebrando goles con sus amigos, su próximo reto es convertirse en protagonistas de una competición que Gayà o Alcácer sólo han podido disputar hasta ahora en los videojuegos. La ilusión que transmiten ambos cuando hablan sobre la competición de las estrellas no les exime de olvidarse de sus raíces. Ahora les paran por la calle, los dos nunca tienen un mal gesto porque ellos también vivieron esa etapa. Mantener la humildad, la constancia en el trabajo diario, ese gen competitivo que les nace de su interior y el afán por superarse año tras año le ha llevado a Paco a ser el delantero titular del Valencia CF y asentarse con la elástica de La Roja.

Gayà dio el primer paso en la última convocatoria, a la que acudió como «invitado» pero con un mensaje intrínseco claro: «Del Bosque le tiene muy presente». ¿Ha sido la temporada de la confirmación para Paco Alcácer? Así lo ve él: «Diría que he tenido más continuidad, cada año he jugado más minutos y he podido ir marcando más goles, creo que esa es la meta y el objetivo de cada jugador, superarse. Sé que todavía tengo muchas cosas que aprender».

La irrupción del futbolista nacido en Pedreguer rompió todo tipo de moldes, y su ilusión es cumplir sus nuevos retos: «Queremos hacer bien las cosas, tenemos claro cuáles son nuestros objetivos y sabemos que tenemos que llegar lejos en todas las competiciones, comenzando por la eliminatoria que afrontamos en agosto que nos permita disputar la Champions. En el plano personal está claro que la pasada fue una temporada donde crecí muchísimo, era un chaval que venía del filial y pude asentarme y jugar muchos partidos en Primera. Este año tengo que seguir aportando todo para el equipo».

Etapa que cubre Paco, etapa que rápidamente recorre Gayà. La única diferencia ha sido hasta ahora la cesión a Primera, previa a asentarse con el primer equipo, experiencia que al lateral no le hizo falta pero que tanto le valió al «9» blanquinegro: «No se trata de crecer más rápido, el fútbol a veces es aprovechar las oportunidades, creo que Gayà la ha aprovechado muy bien. En mi caso me fui cedido al Getafe una temporada que me vino muy bien, donde ya no era el jugador del filial sino uno más de una plantilla profesional donde debes trabajar al máximo para competir entre los mejores, el nivel de exigencia es distinto al de estar en Segunda B, y los dos en ese aspecto hemos crecido mucho. Lo difícil es llegar, pero muy difícil mantenerse».

Asentados en el club de su vida, que les ha «blindado» para el futuro, los dos también quieren hacerse un hueco en la selección para estar en la Eurocopa de Francia de 2016. Nadie discute ya la presencia de Alcácer, Gayà es consciente de lo difícil que es estar ahí cuando por delante tiene a dos futbolistas que también pasaron por la factoría valencianista y que están rindiendo a un gran nivel, pero él sabe que si mantiene su rendimiento actual€ llegará su turno. Por eso, cuando el seleccionador Vicente del Bosque le llamó para entrenar cinco días al acabar la Liga „jornadas que él redujo de sus vacaciones en comparación a sus compañeros„ lo hizo con los ojos bien abiertos para aprender. «De aquellos días me traje muchas enseñanzas, porque entrenas con los mejores del mundo y para mi fue la guinda a todo el sueño que viví esa temporada».

En su Pedreguer natal, donde se hizo este reportaje, todos los pequeños sueñan con ser algún día como Gayà. No es nada fácil, supone un sacrificio enorme, renunciar a vivir momentos mágicos con sus amigos, pero en su caso valió la pena y él, cada vez que tiene unos días libres, no duda en ir a la localidad alicantina donde comenzó a golpear la pelota. «Mi pueblo siempre ha estado a mi lado, me siento muy orgulloso de ser de Pedreguer y aquí me siento como en mi casa», asegura, aunque esta vez le acompañó el «9» del Valencia CF, que también despertó la locura con su presencia.

Los dos sienten una admiración mutua, como revela Gayà cuando le corresponde hablar sobre Paco: «En el plano profesional es un grandísimo delantero, lo demostró la temporada pasada, se ha consolidado en la selección española y es un gran punta, para mi es de los mejores delanteros de Europa. En el plano personal es un gran amigo, me ha ayudado cuando subí al primer equipo y tengo una amistad excelente con él».

Paco aún se sonroja al recibir elogios, sigue siendo una persona tímida fuera del césped, donde se agranda y se mueve con una superioridad impropia de los chicos de su edad y asumiendo responsabilidades con personalidad. Ahora bien, cuando Mestalla corea su nombre, los pelos se le siguen poniendo de punta: «Por supuesto que sí, que Mestalla lleno coree mi nombre es emocionante. Nos apoyaron mucho, los jugadores no somos ajenos a eso, lo escuchamos y a mi me pone los pelos de punto cuando cantan mi nombre porque yo de pequeño también lo hacía con otros jugadores». Quizá por eso, cuando se le acerca un niño a pedirle un autógrafo o una fotografía siempre pone una sonrisa. Actúa como le gustaría que hicieran con él.

Al final, con la revolución iniciada por Rufete en enero de 2014 y mantenida tras él, Alcácer y Gayà se han quedado como los dos únicos valencianos de la plantilla, lo que también les convierte en un reflejo para todos los canteranos. «Los dos hemos salido de la cantera tras pasar por todas las categorías. Paco y yo entramos a una edad muy parecida, es normal que para nosotros es un premio estar donde estamos y hacer realidad un sueño con el que hemos pensado toda la vida. Hemos estado viendo a los Albelda, Baraja, Ayala, Cañizares, Villa€ y eran nuestros ídolos, ahora nosotros estamos ahí», afirma Gayà, antes de que el delantero muestre su instinto asesino y ponga sobre la mesa su reto de superar los 18 goles que anotó en el ejercicio 2014/15: «Mi objetivo es mejorar los números del ejercicio anterior. Lo colectivo siempre está por encima de lo individual, pero quiero mejorar cada año. Intentaré hacer más goles y aportar más cosas al equipo, pero si no lo hago y el equipo alcanza todos sus objetivos no pasaría nada».

Son conscientes que el éxito en el fútbol se acaricia poniendo todos sus esfuerzos para el bien del colectivo, así lo han vivido desde pequeños y así esperan ser recordados en un futuro, al ser dos valencianos, valencianistas, que alcanzaron su sueño y vivieron una etapa dorada en Mestalla con su gente. El primer paso para crecer pasa por regresar a la Champions. Pero no será una tarea sencilla.

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