Cuando en el minuto 13 de partido Gayà quedó tendido sobre el césped, sin verle ninguna intención de levantarse, Nuno envió a calentar a Piatti. No es precisamente el jugador de Pedreguer un «teatrero», al ser consciente que si el árbitro no señala nada y no ayudas estás dejando en inferioridad a sus compañeros, de ahí que desde el primer instante se intuyó que Gayà no podría continuar. Y así fue. Esquivó la camilla cuando iban a por él, pero se marchó cojeando, casi sin poder apoyar el tobillo derecho, tras sufrir un esguince. Esa es la primera evaluación, aunque no será hasta el regreso a Valencia cuando se le realicen más pruebas.

Sin el «31» sobre el césped se iban a ver cuáles son las intenciones de Nuno en el curso actual, ya que en función de la elección de su sustituto, se reflejaría su plan. Y en lugar de reubicar a Orban que actuaba de central zurdo, con un perfil más ofensivo, apostó por Piatti para que ocupara todo el carril. Cuando se juega con un 1-3-5-2, los dos futbolistas de banda deben ser fuertes físicamente porque han de multiplicar su presencia, tanto en ataque como en defensa, por eso cuando a Nuno se le comunicó la lesión de Gayà advirtió que su recuperación es muy importante, pero no se quieren tener prisas para que afronte la ronda previa de la Champions en plenitud de condiciones. El suyo fue el único contratiempo, pero al menos se evitó una lesión importante.