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Un portero casi latinoamericano

Un australiano con estilo chileno

Desde los 14 años, el portero blanquinegro intensificó la agilidad, la comunicación y su golpeo con los pies

Mathew Ryan posa con su nueva camiseta. eduardo ripoll

La cátedra suele clasificar a los porteros en dos escuelas: está la europea, de corte británico, que define a los guardametas como sobrios, sin alardes pero con colocación y gran capacidad para blocar balones. En contraposición aparece el modelo latinoamericano, en el que los metas exhiben reflejos, agilidad y buena técnica con los pies. El aficionado del Valencia se pregunta en qué rango se ubica Mathew Ryan, el primer guardameta oceánico de la historia del club y procedente de un país, Australia, con una cultura deportiva más arrimada al rugby y el cricket.

Un secreto emerge en la formación de Ryan para que el club haya decicido que sea el sustituto del lesionado Diego Alves. Su pasaporte es australiano, pero su estilo como portero es marcadamente sudamericano. Desde los 14 años, Ryan se crió futbolísticamente bajo la tutela de John Crawley. Fue su preparador específico hasta que dio el salto a la primera división australiana con los Central Coast Mariners y se marchó al Brujas. Crawley fue conocido en los años 90 por ser el primer australiano que jugaba en un campeonato latinoamericano, desde que fue incorporado con 18 años por el Colo Colo chileno, tras disputar un torneo juvenil por todo el continente.

En Chile pasó Crawley cinco temporadas, desde 1990 a 1995. Nunca llegó a ser titular habitual en el Colo Colo. Relegado por «Rambo» Ramírez, jugó como cedido en clubes de la segunda chilena (Lota Schwager, Magallanes, Juventud Puente Alto), antes de regresar a la suplencia del club más famoso del país. No obstante, la experiencia fue muy gratificante para Crawley, que se empapó de la tradición competitiva y del ambiente en las gradas del balompié andino, que atravesó una época mágica con la consecución de la Copa Libertadores en 1991 por parte de Colo Colo. Además, Crawley también fue asumiendo los métodos de trabajo del fútbol sudamericano, especialmente en el entrenamiento del uno contra uno y en la concepción moderna del guardameta, que no debía limitarse a detener, sino a intervenir si es necesario con los pies desde el mismo nacimiento de la jugada.

En 1996 Crawley, de vuelta en Australia en el Blacktown City, sería uno de los precursores de la escuela Elite Goalkeeping, creada para incrementar la técnica de los porteros en formación. Un centro en el que se incorporaría el valencianista Ryan a partir de 2006. En 2008 los dos seguirían juntos su camino profesional en los Central Coast Mariners. En diversas entrevistas en medios australianos, Ryan ha reconocido la trascendencia de Crawley en su aprendizaje: «John ha sido una parte crucial en mi carrera. Fue mi primer y único preparador de porteros hasta que me fui de Australia», indicó. El nuevo meta blanquinegro no duda en afirmar que es «un producto del estilo de entrenamiento desarrollado por Crawley. Así es como entrena a sus chicos. Es muy sudamericano. Su estilo proviene de su etapa en el Colo Colo, donde los porteros siempre han sido muy atléticos, muy buenos con los pies y con potencia».

Comprensión del castellano

Además de los aspectos técnicos, Crawley inculcó en Ryan otros aspectos fundamentales. Primero la constante comunicación para anticipar problemas en el césped. También le hizo madurar más deprisa al jugar con jugadores mayores de su edad, lo que le permitió convivir con la presión. Por otro lado, el pasado chileno de su técnico le hizo acostumbrarse a escuchar algunas instrucciones en castellano. Un idioma que no domina todavía con soltura pero sí que entiende, lo cual le permitirá acelerar su integración en el equipo, de cara a disputar la previa de la Liga de Campeones.

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