Prioridad absoluta para atrapar al ladrón sacrílego. Esa es la directriz que han recibido todos los agentes de la Policía Nacional destinados en Valencia tras el segundo asalto a una iglesia valenciana en 26 días. La preocupación de la Iglesia por que detrás de esos hechos se esconda algún grupo de corte satánico, como parece indicar el hecho de que en ambos robos únicamente se hayan llevado objetos de la liturgia católica que codician los oficiantes de misas negras, ha llevado a intensificar la investigación policial.
Tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV, el segundo robo, descubierto a primera hora de la mañana del martes por el párroco de la iglesia de Santa María del Mar, ha llevado al convencimiento de que detrás de ambas acciones se encuentra un mismo autor, a pesar de que existen algunas diferencias a la hora de cometer el asalto.
El primero se produjo en la tarde del 1 de julio, cuando un hombre vestido con una camisa amarilla a cuadros de manga corta y unos pantalones de corte pirata, accedió a la capilla del Hospital Arnau de Vilanova después de colarse a través del servicio de urgencias. Las cámaras captaron cómo entraba una primera vez, con una mochila negra a la espalda, en el recinto religioso, desierto a esas horas, y salía unos minutos después. Posiblemente estaba evaluando cómo sustraer el sagrario.
Más tarde volvió a acceder a la capilla y cuando salió, pasado un tiempo más prolongado que el anterior, llevaba en la mano una bolsa de basura con un objeto pesado en su interior: la caja fuerte empotrada en la pared que el sacerdote del Arnau, Jorge Molinero, utilizaba a modo de sagrario. En su interior, había entre ocho y doce hostias consagradas. un copón, un cáliz y dos tejas.
Las imágenes en las que se ve al sospechoso entrar y salir del recinto religioso „en el interior no hay cámaras, de modo que no se disponen de grabaciones del momento del robo„ han sido distribuidas a distintas unidades policiales en un intento por identificar al presunto autor del robo, de quien no se dispone, de momento, de ningún otro dato para saber quién es.
Segundo ataque en 26 días
Sólo 26 días después „Valencia no había registrado robos en iglesias más allá de los perpetrados por rateros que buscan llevarse el dinero de los cepillos„, el párroco de Santa María del Mar llamó a la policía para denunciar que un ladrón había accedido a la sacristía tras fracturar una vidriera de la iglesia y había robado un cáliz y algún otro objeto.
El delincuente accedió por la parte trasera, superando la altitud de la edificación tras atar entre sí tres escaleras por las que trepó hasta una azotea que da al templo y a la vivienda del sacerdote, en la que, sin embargo, no entró.
Agentes de la Policía Nacional están revisando las cámaras de los alrededores y han inspeccionado el interior de la sacristía en busca de la imagen grabada del ladrón y de sus posibles huellas o vestigios biológicos, respectivamente, para tratar de atraparlo cuanto antes.
