El Valencia CF anunció ayer la renovación del futbolista argentino Pablo Piatti, que de esta manera prolonga su contrato con el club de Mestalla hasta el 30 de junio de 2019. Es decir, tres años más. La vinculación del centrocampista terminaba el próximo 30 de junio y las negociaciones para prorrogar su relación con el Valencia estaban en marcha desde hace tiempo. Sólo era cuestión de acordar los términos del contrato, después de que los nuevos gestores del club estén satisfechos, desde hace tiempo, con el compromiso de Piatti con una camiseta que ha costado ajustársela. Como el «increíble Hulk», Piatti tuvo que hincharse de vez en cuando, en este caso para no perderse entre las briznas de hierba y el inquietante murmullo de Mestalla.

Pablo Piatti llegó al Valencia en 2011 procedente del Almería y su trayectoria en Mestalla ha estado marcada por los altibajos. Ahora se encuentra en un montículo, después de haber caído en simas peligrosas. En la temporada 2013/14, con la llegada de Djukic al banquillo, llegó a ser descartado. El técnico serbio no lo quería y se le abrió de par en par la puerta de salida. El «duende» recibió dos ofertas firmes del Rennes y del Metalist Kharkiv, pero se negó a marcharse. En la decisión tuvo mucho que ver su pareja, que residía en Valencia. El club le quitó el dorsal «11» para dárselo al recién fichado Dorlan Pabón. A Pablo Piatti le tocó el «2», un número reservado tradicionalmente al lateral derecho. Un gesto feo que no quebró al pequeño futbolista. Pavón fracasó y Piatti, poco a poco, encontró un sitio en el equipo. La destitución de Djukic y la llegada de Pizzi al banquillo resultó, más tarde, determinante. Especialmente brillante fue su actuación en el Camp Nou, donde colaboró con un gol en la victoria del Valencia (2-3).

Antes, el recorrido del menudo futbolista había estado marcado por la irregularidad. Por ir de más a menos cada inicio de temporada, como si algún extraño fenómeno le dejara sin fuerzas una vez entrado en combate, con apariciones deslumbrantes de vez en cuando. Como el día que anotó tres goles al Levante UD y «fabricó» otro en la segunda fase de su primera campaña en el Valencia. Su segundo curso también fue como el gráfico de un terremoto. Comenzó atinado con Pellegrino en el banco, pero terminó relegado a la suplencia. Ernesto Valverde le repescó y con él técnico vasco ganó protagonismo. Pero, una vez más, terminó diluyéndose, ante la desesperación de todos aquellos que se resignaron a aceptar que Piatti era un jugador al que le venía grande el Valencia.

Después llegó la temporada de Pavón y su enésima rehabilitación al final de temporada. Su obstinación por ganarse una plaza en el Valencia encontró recompensa, definitivamente, la pasada temporada. Nuno confió en él casi desde el primer momento. Le dio la titularidad en la banda izquierda y alternó actuaciones notables con otras más discretas, pero en una linea mucho más regular. Encontrar la estabilidad le ha valido, ahora, la renovación. ¿Quién se lo iba a decir hace dos veranos?