Cuando Toño, café en mano, conoció la alineación del Valencia, sonrió. Algo le había llamado poderosamente la atención. ¿Qué? Saber que Santi Mina partía como titular. El gallego, que la pasada temporada le endosó cuatro goles „de los seis que le marcó el Celta„ volvía a estar ante él. Y ahí que se plantó. Sólo habían pasado doce minutos cuando Mina le encaró. Tras el fallo, el potero resoplaba. El jovencísimo jugador, que anoche se estrenó en partido oficial con el Valencia, tiene al Rayo como a su principal víctima. Desde el extremo derecho, el gallego fue toda una pesadilla para la defensa del Rayo ya que no podía, ni sabía, como maniatarlo. En la primera parte, siempre arropado por Negredo quien constantemente acudía a él para darle ánimos y darle alguna que otra recomendación táctica, tuvo dos oportunidades. Pero el gol, en esta ocasión, le dio la espalda. En la segunda parte, el técnico lo retiró para dar entrada a Barragán y, consciente de las oportunidades desaprovechadas, el «22» se retiró cabizbajo mientas sus compañeros del banquillo trataban de minimizar su desazón.