Con señales de guerra en el rostro de su duelo particular con Ricardo Carvalho, Álvaro Negredo era un hombre feliz. Se sentía satisfecho por ver al Valencia CF entre los mejores clubes de Europa, pero además, en el plano personal ayudó con un gol que acabó siendo determinante. ¿Estamos ante un nuevo Negredo? «Bueno, nunca me fui pero es cierto que hay etapas buenas y otras que lo son menos. El año pasado no fue el mejor para mi a nivel de juego y de goles, diría que la peor temporada de mi carrera como profesional, por eso trabajé bastante en verano, para llegar lo mejor posible y estar a disposición del míster en cualquier momento. Me puso contra el Rayo, me puso ante el Mónaco y voy a intentar recompensar esa confianza».

Cuando el Valencia CF apostó por Negredo se depositaron muchas esperanzas, pero sufrió. El «Tiburón» reconoce que desde que llegó «siempre he sido feliz. Quizá hay momentos en que igual te pilla más de bajón. Tengo a los míos que me apoyan, a mi gente, y con eso es suficiente para ser feliz, pero si además le sumas que aquí te va bien y que el trabajo está siendo recompensado? pues mejor. Lo importante es que no se quede aquí, se siga trabajando y haciendo las cosas bien para aportar el mayor número de goles durante la temporada». Ese reto marcado se lo propuso nada más comenzar la pretemporada, en Austria, donde ya descontaba los días para ser el autor de un gol importante. ¿Fue un alivio el gol en el Louis II? «Eso te hace tener mucha más confianza para lo que viene. El delantero vive del gol y sí es cierto que la temporada pasada no tuve esa suerte y me estaba intentando quedar con el trabajo y otras cosas que hacía, pero el delantero vive del gol y lo necesita. En este caso Paco (Alcácer) nos metió para poder estar hoy aquí con el gol en Almería, ahora he sido yo, necesitamos a toda la plantilla para poder estar en las mejores condiciones y poder afrontar cualquier tipo de competición».

Al llegar a la élite, todo jugador espera ser protagonista en partidos importantes. Negredo estaba satisfecho, pero sabe que fichó «para noches como esa, la de Vallecas? Hay que jugar en todo tipo de campos y competiciones, tuve la suerte de marcar el gol pero por el trabajo que han hecho mis compañeros nos merecemos estar en Champions, sobre todo por la temporada que se hizo hace un año para poder estar aquí». En su foro interno se sentía con deuda, primero con él mismo, luego con la gente por el cariño que le ha dado también en los malos momentos. «Estaba en deuda con el valencianismo e incluso conmigo mismo. Soy muy autocrítico y sé cuando hago las cosas bien y cuando no, es cierto que ellos no han dejado de darme muestras de cariño y también necesito recompensárselo. Para ellos también va ese gol, para mi familia y para mis compañeros, que han sido una parte importante para que yo recupere esta confianza. Al acabar la temporada hice autocrítica y me fui de vacaciones a desconectar, a pensar en mi y en mi familia. Volví con las pilas cargadas, mejor físicamente, dispuesto a que el míster no tenga la opción de verte mal, sino todo lo contrario, que te vea bien y ponérselo difícil, para que en cualquier momento pueda contar con uno. Nunca he buscado excusas, ahora estoy fuerte y he de disfrutar de esto».