Nuno y De Paul se encararon con el árbitro al final del partido por la rapidez con la que dio por finalizado el encuentro. El empate dejaba un mal sabor de boca. La tristeza se evidenciaba. Ese no era el guión diseñado pero es que en el futbol aún no se ha inventado la fórmula que garantice el éxito. Pero, a veces, es la lógica la que conduce a ello. Nuno, para refrescar al equipo o bien para hacer sentir útiles a todos los jugadores, trató de revolucionar el once. Y la apuesta, al menos en cuanto a futbol, no le salió bien de inicio. Fue, precisamente cuando regresó la lógica, cuando mejor jugó el Valencia. Pero la mejoría fue insuficiente. Los cambios fueron el revulsivo en futbol pero no en puntos. Porque no es lo mismo que Javi Fuego juegue con un bisoño Danilo que lo haga con un experimentado Parejo; no es lo mismo que en la banda esté Santi Mina, que es quien peinó el balón para que Álvaro Negredo empatara el partido tras el gol inicial de Lucas Pérez, que esté Feghouli. Y ahí radicó el cambio.

El Valencia, en su estreno en Mestalla, fue de menos a más. A una primera parte insulsa le siguieron intensos 45 minutos en los que el Valencia demostró que, con orden y actitud, el juego fluye. ¿Cuestión de nombres? ¿O de lógica?

El técnico, para sorpresa incluso de los jugadores del Deportivo, diseñó de inicio un centro del campo inédito con Fuego, Danilo y De Paul. Y la apuesta no le salió del todo bien porque al equipo le faltaba personalidad porque Javi Fuego no lo podía hacer todo. El asturiano, por su trabajo y compromiso, se ha revelado como el alma del Valencia pero no es un superhombre. A Fuego, hay que acompañarlo y ni Danilo ni De Paul, se sentían cómodos en el guión dibujado por Nuno. El asturiano, a voz en grito, se desfondó para liderar al equipo con órdenes y acciones pero el equipo no carburaba. Faltaba orden, presión y chispa.

Una carencia que Nuno detectó . Con la salida al campo de Parejo y Feghouli se le dio una vuelta al juego. Liberado Fuego, la responsabilidad la cogió Parejo. El capitán, que sabe cómo mover el juego, puso las piezas en su sitio. Pero, en las pocas ocasiones en la que el valencia achuchaba a Lux, el balón no entraba. Así, cuando Mestalla pedía jugar con dos delantero, Nuno decidió sentar a Negredo „que tras hilvanar tres titularidades ha marcado en los dos últimos partidos y cada día se siente mejor„ para convertir a Alcácer, en el día de su cumpleaños, en el jugador más adelantado. Con el cambio, Nuno se llevó una gran pitada. Pero, por unas u otras cosas, el balón no entraba. El Valencia, que mantenía arrinconado al Depor, lo intentaba por todos los medios con un Feghouli „el mejor de la segunda parte„ que intentaba probar a Lux desde todos los ángulos. Pero las manijas del reloj iban corriendo y el gol no llegaba. El Valencia, en dos partidos de Liga, sólo ha sumado dos de los seis puntos en juego. Ahora, con parón de por medio y nuevas piezas que incluir en el puzzle, toca trabajar. Y revertir la dinámica.