A diferencia del curso anterior, Nuno ha advertido a sus jugadores de puertas adentro de la importancia que van a tener las rotaciones. Quiere que todos sean importantes, con independencia de que alguna de sus decisiones pueda agradar más o menos al público, pero eso no significa que no les vaya a exigir a todos estar al máximo nivel. El descanso le ha valido al técnico para reflexionar, ahora comienza una ristra de partidos con el margen limitado a la recuperación, y sabe que en los cambios de un partido debe acertar.
Curiosamente en el partido que menos cambios realizó respecto al anterior, sólo hubo tres caras nuevas en la formación inicial que se enfrentó al Deportivo tras la vuelta de Champions frente al AS Mónaco, se tuvo la peor tarde hasta la fecha. Lo único «intocable» hasta ahora ha sido el portero Ryan y la pareja de centrales compuesta por Mustafi y Vezo, pero la última alineación sorprendió incluso a los jugadores mientras atendían la charla. Pero el mensaje que le llegó al grupo cuando cambió a Negredo por Alcácer con empate a uno no gustó, podía interpretarse como un mensaje conservador. Nuno no se tira piedras sobre su tejado, pero también hace los análisis pertinentes y sabe que cualquier desliz en un partido tiene consecuencias negativas. Si la sensación ante el Rayo fue positiva, no las tuvo en la última jornada de liga, y en El Molinón es consciente que no será fácil ganar pero se necesitan los tres puntos.
A pesar del elevado número de rotaciones en los dos primeros partidos sin haber alcanzado la victoria, Nuno va a seguir insistiendo porque físicamente se necesita.
