Ya hace varios años en los que en la Liga se implantó el sistema de tres puntos por victoria para incentivar el atrevimiento, provocar la valentía de sus técnicos buscando la victoria con un botín mayúsculo, no conformándose con el punto del empate. Pero el Valencia CF parecía incapaz de desviarse del carril de los empates, un camino poco atractivo a pesar de no ser superado por nadie, hasta que apareció Alcácer, ese jugador que lleva el gol en la sangre, se mueve dentro del área con destreza e instinto, y un balón estéril de Bakkali lo convirtió en oro para sumar el primer triunfo de la Liga con la firma del «9».

Nunca una estadística da miedo, pero sí impone respeto. Y el Sporting no pierde en El Molinón desde el 19 de enero, cuando el Betis triunfó con un 1-2. Era Segunda División, pero si el Valencia CF presume de haber mantenido su bloque para mostrar solvencia, también recurre a ello el Sporting. En la élite seguramente no juegan tan bien el balón como lo hacían hace unos meses, época en la que atraían todos los elogios de la división de Plata, pero la esencia la mantienen aunque en muchas fases de los partidos les toque ver el balón a distancia, como ocurrió con la visita del Valencia CF.

Había una sensación de dominio no correspondida con premio en el marcador, Parejo lo acarició tras un centro de Enzo Pérez pero el esférico lo escupió el larguero. Nadie había presagiado un partido cómodo, tampoco en la charla se adelantó que Gayà aparecería cuando la amenaza del gol local cotizaba al alza, pero ahí emergía el «14» dispuesto a reordenar una situación peligrosa. En dos centros con Jaume en desventaja, la excelente colocación de Gayà calmaba una situación alarmante. A Soso nadie era capaz de frenar su ímpetu por dar la nota, pero sus centros nunca lograron el remate apropiado para adelantar a la tropa de Nuno en el marcador.

Se necesitaba un triunfo y tras una triple parada de Jaume apareció Alcácer para anotar el 0-1.