Las sensaciones con las que Jaume y Yoel regresaron a Valencia desde Gijón fueron contrapuestas. La alegría de uno contrastaba con el dolor del otro. Así, mientras Jaume contenía su extrema felicidad al ser consciente de que sólo había dado un primer paso siendo titular ante el Sporting, el rostro de Yoel reflejaba el disgusto y abatimiento ante lo acontecido. Quizás por ello, el gallego prefirió la soledad al bullicio. Yoel, mientras esperaba embarcar, buscó la comprensión telefónica de su hermano mayor. Con él se desahogó. Ya en Manises fue Otxotorena quién quiso trasladarle todo su apoyo y animarle para seguir compitiendo por la titularidad. La conversación, de unos diez minutos de duración, tuvo lugar mientras ambos esperaban, junto a la cinta transportadora, sus maletas. El portero „le vino a decir el preparador de portero „no debe ni puede bajar los brazos porque en cualquier momento puede tener su oportunidad y éste debe estar preparado para aprovecharla. Hoy ambos vuelven al trabajo.