A Jaume Doménech «no se le subirá el éxito a la cabeza» porque «sabe lo que ha sufrido» y lo que «le ha costado» llegar al Valencia. Es «un chaval con los pies en el suelo», afirma el exjugador José Vicente Forment. El delantero que llevó al Valencia a conquistar la Liga de 1972 traslada, en sus paseos por Almenara, muchas de sus vivencias al portero. «Es, a pesar de la diferencia de edad, mi amigo», se enorgullece.

La relación entre ambos se fraguó, cómo no, en un campo de fútbol. «Yo llevaba la escuela de fútbol del pueblo (Almenara) y él con 7 años jugaba allí. Si te digo que a esa edad despuntaba te miento porque a esos años todos los pequeños son valientes», relata Forment. «Si que es verdad que, como lo que le importaba era jugar, le daba igual hacerlo de defensa que de portero», apunta tras incidir en el papel «importantísimo» que el padre y el abuelo de Jaume han tenido en su carrera. «Es muy buen chaval, ha trabajado muchísimo y todo lo bueno que le ocurra se lo merece», afirma.

Fue en su etapa como juvenil cuando Forment vaticinó que Jaume, por sus «excelentes cualidades» llegaría a jugar en Primera si la suerte no le daba la espalda. «Ha padecido mucho. Allá donde ha ido ha tenido un buen portero delante que le ha puesto las cosas muy difíciles. Cuando estuvo en el Villarreal, Mariño (ahora en el Levante) y Ortolà le cerraron las puertas, luego en el Huracán tampoco lo tuvo nada fácil», recuerda Forment.

«¿Un consejo?, el que le digo siempre que estoy con él, que entrene a tope y que espere su oportunidad. Que pase lo que pase, nunca desconecte porque tiene que estar bien para aprovechar lo que le destino le tenga preparado», comparte Forment que, al hablar de su paisano, se emociona.