Con dos goles y un fútbol inabordable, el delantero Hulk pasa a engrosar la lista de ogros europeos de un Valencia que empieza esta Champions con mal pie. El delantero brasileño, líder de un eficaz y práctico Zenit, puso con sus tantos muy cuesta arriba un partido que con la entrada de Paco Alcácer y André Gomes tuvo tintes de remontada épica antes de que Witsel colocara la sentencia definitiva, que duele menos con el empate entre el Gent y el Lyon. No hagan caso de pronósticos. Este grupo será de todo menos asequible.

Con una sonora pitada despedían a los valencianistas, al descanso, los 25.000 aficionados que sí accedieron a pagar las elevadas entradas para el encuentro, tras una primera mitad frustrante. El Zenit contestó con contundente precisión y oficio a un nuevo ejercicio de inoperancia atacante del Valencia. Hulk, todo potencia y zancada, necesitó de dos obuses para deprimir una noche que ya nació desangelada. Con medio estadio por llenar se hacía difícil pensar que la de ayer fuese una velada europea como las de principio de siglo, lo cual debe llevar a una profunda reflexión.

Y eso que el partido vislumbró un oasis, el imaginado en el derechazo lejano de Cancelo que se estrelló en el poste de un Lodygin que ya nervioso para el resto del encuentro. A las intenciones del Valencia, siempre activo por las bandas, respondió el Zenit con la simpleza demoledora de Hulk. El brasileño, escorado a una banda al más puro estilo Lubo Penev, explotó la potencia de su zancada para poner por delante en el marcador a su equipo con un chut seco cruzado que sorprendió a Jaume. Era la primera aproximación rusa.

El Valencia replicó como mejor lo sabe hacer, con internadas agresivas por los extremos. Sin embargo, ni con la acumulación de saques de esquina (cinco en apenas veinte minutos), ni con la variedad de faltas directas y esquinadas a su favor, los blanquinegros contabilizaron ocasiones de gol hasta el descanso, con centros previsibles hacia un Negredo desactivado. Más allá de un cabezazo bien intencionado de Piatti, faltaba claridad en el pase y picardía en el desmarque. Una manera de decir que Mestalla estaba huérfano de André Gomes y Paco Alcácer, que revolucionaron en la segunda mitad un partido que se puso muy cuesta arriba con otro zambombazo de Hulk. La estrella del Zenit, que arrancando en el extremo evitó entrar en fricción con Abdennour, lanzó un disparo frontal pero muy potente que Jaume, tapado por Mustafi, vio aparecer cuando ya era tarde.

Era necesario dar un vuelco al y la carta de Nuno con la entrada de Alcácer y André Gomes pareció ganadora. Siempre suceden noticias con el delantero de Torrent sobre el campo, que a los dos minutos ya había marcado un gol, anulado en un ajustado fuera de juego en su desmarque. Dirigido por André, el Valencia acosó al Zenit con un argumento poco utilizado hasta el momento, como probar los temblorosos guantes de Lodygin. Cancelo, uno de los jugadores más dados al riesgo, vio la mala posición del meta ruso y le engañó con un disparo desde el vértice del área que se coló por el palo corto. Con más dominio de la situación, con Negredo de pantalla habilitando remates, André encontraría el premio del gol. El desenlace entraba en una erupción abortada con el gol de Witsel, en otra acción furtiva del Zenit, para certificar la primera derrota del Valencia en un estreno en Champions.