El empate y sobre todo la reacción de la grada dejó a Nuno tocado. Muy tocado. El técnico apareció en la sala de prensa visiblemente afectado. Eso sí, comprensivo con el público. «La afición demuestra su descontento hacia mi porque soy el máximo responsable del equipo. Asumo mi responsabilidad», apuntaba. «Si la crítica es por el juego del equipo lo asumo, pero si es por algo más no lo sé y tampoco me importa. No entro en las especulaciones», respondía tras ser preguntado sobre si el malestar podría estar generado por el poder que ahora ejerce tras la salida de Amadeo Salvo y Rufete.

Para Nuno el problema es, sobre todo, por la falta de efectividad. «El gol no llega, queremos ganar y yo estoy centrado en el equipo y en mis jugadores. Queda mucho por delante y creo que los tres empates que hemos sufrido deberían haber acabado en victoria», valoraba tras asegurar que no lamentaba el haber hecho rotaciones. «Confío en toda la plantilla y voy a utilizar a quien crea conveniente», desafió. «Yo no preparo a uno u otro jugador sino a toda la plantilla. Cuando tomo la decisión de quién juega y quién está en el banquillo lo hago analizando todos los escenarios posibles», justificaba sobre el hecho de haber mandado a la grada a jugadores como Enzo o Negredo.

El técnico defendió que, a pesar de cambiar de sistema, su idea de juego no ha cambiado porque se basa en la presión, la recuperación y las circulaciones basculantes. Sí admitió que quizá faltó profundidad. «Se llega y se produce pero no se logra rematar y concretar las ocasiones», lamentaba. «No cambio de idea, pero sí que hay que trabajar más, mejorarla y potenciarla».

Es el momento, justificó, de dar tranquilidad al grupo. «Tenemos que confiar en lo que estamos haciendo. Estar tranquilos y trabajar mucho más. Estamos preparados porque nada ha cambiado y vamos a conseguir éxitos de esta manera».

Sí incidió en que «tenemos un déficit de puntos que no querríamos tener».

Tras defender a Dani Parejo y afirmar que lo mantuvo en el campo todo el partido porque «confío absolutamente en él», reconoció que Peter Lim había bajado al vestuario al finalizar el partido. Así, afirmó que «el dueño del equipo saludó de forma correcta tal como siempre hace, con la diferencia de que hoy „por ayer„ no había ganado el equipo».

Sobre el partido, diferenció dos partes. Así dijo que en la primera parte hubo más espacios y en la segunda, con el Betis más cerrado, faltaron huecos para marcar.