El Valencia no se asomó al césped después de caer derrotado ante el Zenit de San Petersburgo en Mestalla. La primera plantilla se encerró toda la mañana en el gimnasio de la ciudad deportiva de Paterna. Una decisión que se interpretó en un primer momento como una medida de Nuno Espirito Santo para proteger y aislar a su plantilla, pocas horas después del primer mal trago experimentado en la Liga de Campeones.

No obstante, el club quiso darle ayer normalidad a la postura del técnico, descartando que la sesión obedeciese a una consecuencia extraordinaria por la derrota ante el Zenit. Fuentes valencianistas matizaron que ya estaba previsto, con independencia del resultado ante los de Villas-Boas, el trabajo fuese regenerativo dentro de las instalaciones deportivas y que nadie saltó al campo porque incluso los suplentes ante el Zenit realizaron una pequeña sesión en el estadio, minutos después del encuentro.

Los jugadores salieron de la ciudad deportiva con gesto serio, tocados por la derrota, pero con la convicción de que hay tiempo para rectificar el rumbo. En buena medida dependerá de los resultados que el Valencia obtenga en lo que queda de septiembre, en Liga ante el Betis, Espanyol y Granada y en Europa ante el Olympique de Lyon, determinarán los objetivos a medio plazo.