La Peña Pobla Tárraga cumple 25 años. Un cuarto de siglo en el que el colectivo ha asistido en primera persona a la intensa transformación societaria del Valencia. Cuando José Vicente Dolz inauguró la peña en 1989, el Valencia volvía a latir con nervio, de la mano de Arturo Tuzón, renacido del descenso de 1986. Desde entonces, el club recuperó la masa social, la tradición europea, las finales y unos títulos que corrieron paralela a las convulsiones sociales originadas, y nunca extinguidas, desde la conversión de la entidad en sociedad anónima deportiva.

Durante todo este tiempo, la Pobla Tárraga también ha vivido toda clase de vicisitudes. Ha gozado de grandes momentos, de desplazamientos en masa a finales cuando la peña sobrepasaba el centenar de afiliados. Pero también ha tenido que recuperarse de crisis económicas que amenazaron su persistencia. Con unos 30 miembros, entre los cuales siguen dos de sus fundadores, el grupo sigue su funcionamiento y ha celebrado el 25 aniversario de una peña que en su nombre rinde homenaje a José Manuel Tárraga, quien fue lateral derecho del Valencia en la primera mitad de los años 90.

Una representación de la peña acudió el pasado miércoles al palco de Mestalla, invitados por el club. En el intercambio de obsequios la presidenta Layhoon Chan recibió, encantada, una canasta de frutas. Un gesto que alivia parte del enfado que provocó en la peña la ausencia de jugadores de la actual primera plantilla en la fiesta de aniversario: «Habíamos convocado a más de cien niños y fue una desilusión grande», admite Dolz a Levante-EMV. No obstante, con la colaboración del propio Tárraga, hoy agente de jugadores, los peñistas contaron en su celebración con exvalencianistas de la talla de Juan Cruz Sol, Ricardo Arias, Rubén Baraja, Juan Sánchez o el nuevo director deportivo del FC Barcelona, Robert Fernández.

Por último, Dolz asiste preocupado a la evolución de la situación deportiva del Valencia, tras el decepcionante empate contra el Betis: «Me dio todo mucha pena. Nuno debe dedicarse a ser entrenador y dejarse de otros cometidos, con hacer fichajes o cargarse a Rufete y Salvo», señalaba, muy contrariado. No obstante, Dolz asegura que él no tomará parte en los gritos que piden la dimisión del entrenador: «Yo no grito ni gritaré ´Nuno vete ya!´. Pero debe reaccionar. No se pueden fichar solo promesas a precio de oro si estamos en Champions».