Cuando a un equipo con el potencial y las expectativas grandes del Valencia no le salen las cosas, el juego no acompaña y no logra ganar, es normal que la afición muestre su descontento. Y la verdad es que los valencianistas no realizaron un buen partido contra el Betis. No se desplegó un juego convincente y costó enormemente crear ocasiones de gol.
Sobre todo costó originar juego desde el centro del campo, con el Betis cómodamente replegado, fue muy difícil conseguir espacios, tanto en el pase final como en la definición. Bien es cierto que el Valencia encontró una vía por la banda, más en la derecha que por la izquierda. Feghouli es un jugador muy específico y habilidoso desde el extremo. El argelino, desdoblado por Barragán, fue prácticamente el único jugador que desbordó con más frecuencia. Por la izquierda fue más problemático. André Gomes cayó por ese flanco. Es un futbolista exquisito, con recorrido y potencia, pero con tendencia a irse al centro, como Rodrigo. Y sin Gayà sobre el campo, ese espacio fue poco aprovechado para los locales.
Ante todo eso, el Betis aguardaba las subidas de los valencianistas muy bien organizado en defensa. No se veía fluidez a partir de tres cuartos. O bien no llegaban en buenas condiciones los centradores para el último pase, ni los delanteros encontraban un hueco para el desmarque. Le pasó a jugadores como Paco Alcácer, especialistas en desmarcarse y rematar al primer palo, pero que el sábado no tuvo su día. Iban pasando los minutos y la sensación era que, si no mediaba una jugada de estrategia, el marcador se iba a ir hacia el 0-0 que reflejaba el marcador.
Hay que destacar que el Valencia contó con un jugador más casi toda la segunda parte. Eso le hizo ganar posesión y llegar más rápido a las inmediaciones de la portería del Betis, pero no cambió la sensación. No había ocasiones claras de gol.
¿Si se echaron en falta a jugadores? Hay que entender que las rotaciones no son fáciles de entender, y encajan en función de los resultados. Desde la distancia parece que el Valencia tiene un problema de confianza, de sensaciones. Hay que tener paciencia. Si contra el Zenit se hubiese remontado, esas sensaciones de cara al duelo ante el Betis habrían sido radicalmente distintas, se habría salido reforzado.
Hay que comprender los silbidos. En mi época en el Valencia también nos silbaron en no pocas ocasiones. Con esfuerzo y trabajo se puede reconducir la situación. Esta misma plantilla, de la que se puede decir que es demasiado joven, es la misma que clasificó al Valencia para la Liga de Campeones. Hay calidad y el Valencia saldrá de esta.
El próximo partido, mañana, será especial, contra mi Espanyol. Le espera un partido duro al Valencia. Ganó el primer partido sin jugar bien ante el Getafe, hizo una buena primera parte ante el Villarreal, sufrió la lógica ante el Madrid pero reaccionó contra la Real Sociedad. Ha salido reforzado, pero seguro que plantará cara y con su afición animada.
