Sabin Merino es la última joya de la inagotable cantera de Lezama. A sus 23 años, Ernesto Valverde ya tiene plena confianza en un futbolista de genética ofensiva que le aporta multitud de variantes a su Athletic de Bilbao. El veinticinco será una de las posibles bazas ofensivas para el partido de mañana ante el Valencia CF.

Recién renovado hasta 2018 con el Athletic -tiene una cláusula de rescisión de 20 millones de euros-, Sabin Merino es una de las sensaciones de la Liga. Al futbolista de Urduliz (Vizcaya), todo le va muy rápido desde que asombrara al mundillo futbolístico en la Supercopa ante el FC Barcelona. Dani Alves sabe muy bien de que hablamos. Con nueve partidos ya jugados, no sólo ha marcado dos goles entre competición doméstica y torneo internacional, sino que ha evidenciado un desequilibrio y una madurez impropios de un futbolista de su edad. Llegó a la cantera de Lezama con tan sólo 9 años, procedente del Danok Bat. Ingresó en el Alevín B y posteriormente ascendió al Alevín A y al Infantil B. A los 13 años regresó al Danok Bat, club con el que jugó hasta juveniles „entre medias estuvo un año en Estados Unidos„ y a los 19 años el Athletic volvió a fijarse en él y le reclutó para el Basconia, en Tercera la temporada 2013/14 subió al Bilbao Athletic.

La pasada temporada, en el Bilbao Athletic, ya dejó entrever que apuntaba maneras. Marcó 18 goles en la temporada, siendo el máximo anotador del equipo junto a Gorka Santamaría. Pero no sólo Merino marcaba goles, sino que dejaba muestras de ser un delantero fiable, solvente y con una visión privilegiada para el juego.

Sabin Merino debutó con el Athletic en Bakú, en la primera previa de la Liga Europa, fue titular en San Mamés en el partido de ida de la Supercopa, decisivo para la conquista de su primer título en el Athletic, y ahora ya es uno más de la plantilla y de los que cuenta y mucho para Ernesto Valverde en la titularidad. Es un diamante más que pulido. Quienes lo conocen destacan que ofrece al equipo y a su entrenador multitud de recursos tácticos y técnicos, y que es un delantero con una mentalidad ofensiva tremenda. En la Supercopa ante el Barça fue clave en los goles, donde mostró sus recursos, con un regate maestro y la culminación con una soberbia asistencia a su compañero Aduriz. El ex valencianista habla maravillas del chaval, con quien se entiende a la perfección.

Un plan personalizado

Sabin Merino sigue un plan personalizado fuera del campo, su entrenamiento está destinado a ganar musculatura, y añadir fuerza y potencia a sus 187 centímetros de altura. Con esa estatura, y con su buen golpeo de balón, sólo le falta un poco de físico para llegar a ser uno de los grandes.

A Sabin no le falta ambición. No quiere perder la titularidad en el Athlétic, un sueño de años ha de muchos chavales que empiezan a despuntar en la escuela de Lezama. Mimado por Valverde, que le motiva en cada partido para que el delantero vaya a más y a más, ante el Valencia CF puede aparecer por cualquiera de las bandas. Por la derecha o por la izquierda. Se ubica para aprovechar su desequilibrio. Y a fe que lo hace. Y con mucho peligro.