El Valencia CF y el Ayuntamiento de Riba-roja reabren hoy la problemática de Porxinos con la reunión que mantendrá una delegación del actual gobierno del club con el alcalde de la localidad, Robert Raga. Ambas partes celebran hoy su primera reunión desde que el Tribunal Supremo anulase el Plan de Actuación Integrada (PAI) el pasado 26 de junio. La delegación del club de Mestalla estará encabezada por su consejero delegado, Kim Koh, que acude a la cita con el alcalde de la localidad de Camp del Túria, Robert Raga, acompañado de al menos cuatro miembros del Valencia. Entre ellos estará el responsable del nuevo estadio, Christian Schneider, así como el director de proyectos del club, Luis Cervera.

La cumbre se celebra esta tarde en el consistorio de Riba-roja en un encuentro que comenzó a perfilarse este verano, después de que Raga (PSPV) accediese a la alcaldía de la población en las elecciones municipales del pasado mes de junio. El encuentro ha sido propuesto por el Valencia, que transmitirá hoy cuáles sus intenciones sobre el futuro del terreno de Porxinos donde tenía previsto construir su Ciudad Deportiva, junto a una urbanización de 3.000 viviendas.

El Ayuntamiento de Riba-roja conocerá hoy cuáles son los pasos marcados por el club, que no ha dado noticias sobre este asunto desde que Amadeo Salvo visitó al exalcalde de la población, Francisco Tarazona, en varias ocasiones durante 2014. El gobierno municipal sabrá hoy, por tanto, si el Consejo de Administración que preside Layhoon Chan está dispuesto a negociar un nuevo PAI para el futuro o si va a reclamar directamente los 20 millones de euros que el Valencia pagó en su día al consistorio por las ventajas de construir sus instalaciones en la partida de Masía de Porxinos. Aquel PAI, que aprobaron en su día la Consellería de Territorio y Vivienda y el anterior gobierno de Ribarroja —comandado por el exalcalde Francisco Tarazona— fue ideado en 2005 por el entonces presidente del Valencia, Juan Soler. Resultó un fracaso, después de que Salvem Porxinos denunciase, y ganase en los tribunales, el atentado contra el entorno y la falta de agua para el abastecimiento de la urbanización.

Tras comprar los terrenos por 60 millones, por medio de una empresa (Litoral del Este) creada para tal fin, el club vendió el suelo por 160 millones a Nozar, ahora propiedad de tres bancos. El PAI quedó paralizado con una sentencia del TSJ, antes del fallo del TS el pasado verano. El «asunto Porxinos» fue catalogado entonces como una de las contingencias que bloqueaba la venta del club a Peter Lim. Salvo tuvo que renegociar en su día con los bancos propietarios de los terrenos para que no denunciaran al club en los próximos cinco años.

El Valencia, tras el palo del TSJ, consiguió pactar en su día con el exalcalde, Francisco Tarazona, un compromiso para plantear un nuevo PAI y evitar la devolución del dinero. Sin embargo, tras la resolución del TS, la plataforma Salven Porxinos —que en su día presentó la denuncia por falta de recursos hídricos en la zona—, aseguró que era imposible aprobar un nuevo PAI. El ayuntamiento del PSPV, eso sí, no ha cerrado la posibilidad de iniciar un nuevo plan siempre y cuando respete el entorno y nunca con tanto tramo urbanizable.

Salvem Porxinos dio por cerrado el plan urbanístico

Luis Ferrando, el abogado del grupo ecologista Salvem Porxinos que defendió la anulación del PAI, aseguró en junio que el «proyecto urbanístico está anulado de manera definitiva y si hay interés por desarrollar uno nuevo habrá que partir desde cero».